Autos y Más: Riesgos durante la etapa electoral

De por sí, arrancamos mal el año con un descenso en las ventas de 8 por ciento, que sin contar la falla del sistema de General Motors de México se redondea a 5 por ciento, no se ve un buen año para el sector, y a esto se suma un grave riesgo que lo ha amenazado por décadas en época de elecciones presidenciales. No estoy hablando de los odiosos miles de spots de los candidatos y partidos políticos, me refiero a que, las organizaciones que pertenecen de alguna forma a los partidos, aprovechan la época para hacer su agosto, es decir, utilizan un elemento nocivo para México y la industria automotriz como bandera política para captar la atención de los electores más vulnerables, o de los líderes pillos y corruptos que “venden” u otorgan protección a cambio del voto. Se trata de la internación ilegal de autos usados, basura para Estados Unidos, y que son traídos a México amarrados o encadenados rodando para ser vendidos. Los autos chocolate, como se les conoce en el argot, son vehículos de desecho en Estados Unidos que nadie quiere y son comprados por coyotes por docena, y traídos bajo la corrupción de las autoridades fronterizas, y luego vendidos a campesinos o ciudadanos en el interior del país, el Bajío. Los estados del norte están inundados de esa chatarra peligrosa que circula por las calles bajo el amparo de una simple calcomanía de dichas organizaciones, y cuando alguna autoridad se atreve a tocar a uno de los miembros, los organismos responden furiosos tomando oficinas, haciendo desmanes y hasta agrediendo físicamente a las autoridades. La realidad es que se debe permitir actuar a las autoridades de manera más efectiva, pensando en la seguridad de todos, pero siendo eficientes cuando las organizaciones que protestan bloquean avenidas, carreteras, oficinas públicas y demás entidades que evitan que la gente trabaje, que entorpecen el comercio, y que arruinan el día de quien sólo quería dar un paseo por su país, porque es nuestro derecho. Además del peligro que representan los chocolates, significan un grave costo para la industria, ya que son una competencia desleal e ilegal al comercio formal de autos seminuevos y nuevos. La lucha de la iniciativa privada no es nueva, de manera personal participé desde 1996 cuando fui dirigente del sector privado de comerciantes en automóviles como presidente de ANCA y, como es natural, las elecciones avivan el apetito voraz de los líderes. Esperemos que la madurez de los partidos y los controles aduaneros, impidan que en este 2018 se vean favorecidos los que promueven este mercado ilegal en nuestro país. No compres un coche pirata, porque al final, eso es los que son. POR JRZ