Cuando era de suponerse que el criador queretano pusiera sus barbas a remojar (después de varios toros que le han protestado en la Plaza México), nuevamente mandó un encierro muy terciado que provocó el disgusto del público.
Apenas el 12 de diciembre, el único toro devuelto de la Corrida Guadalupana fue justamente el que De la Mora envió para ser lidiado por Octavio García El Payo. Mes y medio después, la misma historia: varios de sus terciados ejemplares fueron reprobados por el cónclave y uno fue de- vuelto. Toros sin trapío, sin raza, sin casta, sin transmisión.
¿Por qué mandar un encierro tan justo para ver si de casualidad pasa?, ¿por qué no mejor enviar un lote con el total convencimiento de que pasará?, si no está seguro de que sus toros cumplen, ¿por qué no mejor quedárselos en la ganadería y venir a La México en otra ocasión? Lo peor es que De la Mora no sólo deslustra el prestigio de su ganadería, sino que le da un duro golpe a un espectáculo severa- mente atacado, que por momentos parece sostenerse con alfileres. Hay que hacer las cosas con seriedad y categoría. Entre el “a ver si pasa” y el “por supuesto que pasa” media un abismo, y los responsables del petardo del domingo lo saben perfectamente.
ANIVERSARIO
Ayer se cumplieron 75 años de la célebre faena de Silverio Pérez al toro Tanguito de la ganadería de Pastejé en la vieja plaza de toros El Toreo de la colonia Condesa. El 31 de enero de 1943, el adalid sentimental del toreo mexicano alternaba con Fermín Espinosa Armillita y el toricantano Antonio Velázquez.
El bienamado Compadre escaló las más altas cumbres de la expresión artística con aquel toro que había dado una maroma luego de clavar los pitones en la arena. Esa obra artística inspiró a Agustín Lara para componer el paso doble “Silverio”, en el que exalta las virtudes del “Monarca del trincherazo”. Jamás se olvidará el sentimiento que el Faraón de Texcoco imprimía en sus fantásticos trasteos.
DECANOS
Tras la muerte de Ricardo Balderas, que era el decano de los toreros mexicanos, quedan leyendas vivientes: Eduardo Moreno Morenito (89 años de edad y 54 de alternativa), Jorge Reyna El Piti (88 años de edad y 66 de alternativa), Amado Ramírez (88 años de edad y 64 de alternativa) y Fernando Brand (86 años de edad y 64 años de alternativa).
Morenito nació en 1928 y se doctoró el 10 de marzo de 1963 en El Toreo de la Condesa, de manos de Manuel Capetillo, y llevando como testigo a Diego Puerta con el toro Norteño de Valparaíso. El Piti nació en 1929 y recibió la alternativa en Ciudad Mante el 30 de noviembre de 1952 con Fermín Rivera de padrino y Ricardo Balderas de testigo, ante reses de Rafael Arvide. El Loco Amado llegó a este mundo en 1929 y recibió la borla el 20 de noviembre de 1954 en Irapuato, de manos de Fermín Rivera, con Guillermo Carvajal como testigo, con el toro Andaluz de Tequisquiapan. Y Brand vio la luz primera en 1931 y se hizo matador el 31 de octubre de 1954 en Colima, siendo su padrino Humberto Moro con el toro Garabatero de Garabato.