Es ahí donde los centros INAH en cada estado representan el trabajo de muchos especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia para ejecutar la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Cada estado de la Republica tiene una estructura territorial (art. 5, fracc. II de L. O.), un Centro INAH, el cual se compone básicamente de: director, administrador, área jurídica, área administrativa, área de difusión, arqueólogos, arquitectos, antropólogos; en algunos también están restauradores, etnólogos, paleontólogos, historiadores, museógrafos, y algunos otros especialistas como comunicólogos, diseñadores y más; como serían los medios digitales, además de un Museo Regional con su estructura mínima administrativa y el personal responsable de sitios y zonas arqueológicas.
El presupuesto y la cantidad de trabajadores y especialistas es escaso, sin embargo, se suple con creces en calidad y pasión que entregan por su trabajo la mayoría de los integrantes de cada Centro INAH.
El trabajo cotidiano va tanto en el proyecto anual de actividades, como en las diversas investigaciones, o en excavaciones de un sitio o zona arqueológica, o en ir a confirmar alguna denuncia ciudadana sobre un vestigio arqueológico encontrado, un hueso de Mamut, o el inicio de la apertura de una ventana u obra en área monumental histórica, o la restauración de una escultura religiosa o una pintura valiosa, o asistir, opinar y definir políticas publicas referentes al patrimonio de cada pueblo con los gobiernos estatales y municipales.
También impulsar los “Consejos consultivos” (art. 1, fracc. XVII de L. O.) con ciudadanos, organizaciones sociales, académicas y culturales que se interesen en la defensa del patrimonio, regulando su proceder y alcance el cual, por ningún motivo estará por encima de la ley federal.
Como verán, México en cada Estado cuenta con una gran institución, indispensable para su desarrollo e identificada plenamente con sus ciudadanos, ejemplo nacional e internacional.
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La historia nos dicta nuestro proceder, toda decisión política y de gobernabilidad debe analizarse para no cometer errores del pasado.
Recordemos que hace tiempo nuestro México estaba dividido; La Nueva Galicia (capital Tepic 1531, Compostela 1540, Guadalajara 1560) y La Nueva España en 1786 cuando se crearon 12 intendencias.
Hoy el estado de Jalisco reclama su calidad de “libre y soberano”, no se debe minimizar el arraigo histórico, cultural y antropológico de un pueblo mas allá de diferencias y decisiones políticas.
@JCMACHINENA