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La construcción de la legitimidad a partir de la comunicación de gobierno (I)

Para que exista debate, participación y toma de decisiones, debe haber información oportuna y veraz

OPINIÓN

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En días recientes, tuve el privilegio de ser invitado a mi alma mater, la Universidad Iberoamericana, a impartir un seminario dentro del Programa de Doctorado en Comunicación. A lo largo de dicho seminario pudimos reflexionar sobre temas que si los gobernantes asimilaran, los resultados de sus administraciones serían percibidos de manera diferente. En parte importante debido a que los aspectos que dan sentido a la democracia se soportan en la comunicación y muy pocos lo tienen claro. Para que exista debate, participación y toma de decisiones, debe haber información oportuna y veraz. Ésta tiene en los medios de comunicación (representados en todas sus modalidades; redes sociales incluidas) una arena esencial, al mismo tiempo que un canal para la distribución de información de la que se sirven distintos actores, entre ellos los mismos gobiernos, de cara al cumplimiento de su deber. La sociedad de la información y las diferentes formas de comunicarse en la misma, han revolucionado la forma en que se debe de gobernar. Algunos gobiernos se dan cuenta más pronto que otros, y se sirven de las diferentes tecnologías para estar cerca de sus ciudadanos, otros, los más, se enteran cuando es demasiado tarde. Esta serie de cambios e innovaciones han aumentado la importancia de la comunicación en la sociedad actual. Entre otras transformaciones, el poder que poseen los medios de comunicación en tantos escenarios de la vida política actual, ha obligado a los políticos a adaptarse a las nuevas reglas del juego. Como actores de la esfera pública, los gobiernos no están exentos de esta situación y, por eso, deben ocuparse de elaborar, construir y sostener su comunicación para legitimarse. Si bien las elecciones libres, honestas y periódicas son la principal fuente de origen legal y legítimo de los gobiernos; ésta es una legitimidad derivada de los atributos de la democracia, desde el acceso al poder (Robert Alan Dahl, 1992). Sin embargo, debe mantenerse como resultado del desempeño y los resultados del gobierno, es decir, desde el ejercicio del poder (Manuel Alejandro Guerrero, 2004). Ambas formas de legitimidad se logran a través de la comunicación, debido a que los gobernantes, como actores de la esfera pública, deben ocuparse de elaborar, construir y sostener su comunicación para que las decisiones de gobierno sean conocidas, justificadas, entendidas, debatidas y aceptadas. En consecuencia, legítimas. Hoy los líderes deben tener claro que la construcción de la legitimidad o su deconstrucción pasa inevitablemente por la comunicación de sus gobiernos. Tenemos varios ejemplos de administraciones que entregaron buenas cuentas, en tanto a la concreción y ejecución de políticas públicas, pero que no supieron comunicar. Resultado: derrotas electorales y bajos niveles de aprobación del líder y de sus políticas.  

@erikporres