Hace un par de semanas, la temporada de los Vaqueros de Dallas parecía terminada. La derrota en casa en lunes por la noche frente a los Titanes de Tennessee los colocaba con marca de 3-5, a dos juegos de Washington en el Este de la Conferencia Nacional, pero que en realidad era una diferencia de tres juegos, ya que los Pieles Rojas los habían vencido el 21 de octubre, lo que los colocaba en desventaja en los criterios de desempate, y en la persecución de un boleto de comodín.
El equipo se veía sin pies ni cabeza, sin capacidad ofensiva, y con importantes ausencias por lesión. Una vez más el liderazgo de Jason Garrett se puso en tela de juicio, máxime al recibir críticas al acudir al tercer juego de la Serie Mundial en Los Ángeles, aprovechando la semana de descanso de Dallas, sin estar, dicen, comprometido al 100 por ciento con la preparación de su conjunto.
Sobre Garrett tengo sentimientos encontrados. Por un lado sólo en dos ocasiones ha logrado más de 10 victorias, únicamente ha clasificado dos veces a playoffs con marca de 1-2, me parece timorato y sin la capacidad para llevar a los Vaqueros al siguiente nivel, pero por el otro y en su descargo, es un hecho que su rango de acción se ve limitado por las decisiones sobre el manejo de personal en las que se involucran directamente el dueño del conjunto Jerry Jones y sus hijos.
No hay que olvidar que en la última gran etapa de El Equipo de la Estrella Solitaria, era Jimmy Johnson quien hacía las selecciones colegiales. Sin embargo llegó el momento en que la ciudad de Dallas era demasiado pequeña para que convivieran en ella simultáneamente los egos de Jones y de Jonhson, por lo que este último se fue de la organización.
La última ocasión en que los Vaqueros llegaron al Super Bowl fue en la temporada de 1995, en el que superaron a los Acereros de Pittsburgh. Desde entonces no han arribado siquiera al Juego de Campeonato de Conferencia, y han desfilado como entrenadores después de Barry Switzer, con quien ganaron su más reciente Trofeo Lombardi, Chan Gailey, Dave Campo, Bill Parcells, Wade Phillips y Garrett. Todos manipulables como le gusta a Jones, a excepción de Parcells.
Pero en las dos últimas semanas Dallas ha logrado un par de triunfos improbables como visitante, ante Filadelfia y Atlanta, para ubicase con 5-5, a un juego de Washington que cayó ante Houston, y donde además perdieron por el resto de la campaña a su pasador Alex Smith por una fractura en la pierna.
Este jueves, los Vaqueros, con el destino en sus manos, reciben a los Pieles Rojas en el Día de Acción de Gracias en un choque vital camino a los playoffs.
Veremos si lo aprovechan, o como ha ocurrido una y otra vez en los años recientes, dejan ir otra gran oportunidad de regresar a la postemporada.
@ENRIQUEBURAK
Nueva realidad
Los Vaqueros tienen el destino en sus manos después de que hace un par de semanas parecían perdidos