No nos hagamos los sorprendidos por el anuncio medular dentro de la presentación del Plan Nacional de Paz y Seguridad de Andrés Manuel López Obrador. La creación de una Guardia Nacional, formada a partir de elementos de la Policía Militar, la Naval y la Federal, confirma que por ahora no hay de otra. Los efectivos castrenses son los únicos de los que se puede echar mano para enfrentar la fiereza con la que la delincuencia organizada sale a diario a dañar al país.
Sin entrar a la discusión sobre la contradicción de los tiempos de campaña, cuando AMLO dijo que regresaría a los militares a sus cuarteles, a los tiempos de la transición cuando fundamenta en ellos el brazo operativo, la propuesta sigue dejando dudas.
Sobre todo porque el plan no habla de la creación de nuevas policías, algo en lo que incontables estudios han coincidido, lo que parece perpetuar la tarea de los militares. No menciona tampoco qué pasará con los actuales cuerpos estatales y municipales. Es una incógnita que preocupa, porque aunque tanto soldados, como marinos y efectivos federales han dado uno y otro espectacular golpe en contra de los cárteles de la droga y las bandas de criminales, también han demostrado muchas veces que no están capacitados para respetar los derechos humanos, lo que ha erosionado su imagen.
Claro, tampoco la Policía es garantía de respeto y para muestra, la violenta incursión de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México en San Juan Ixhuatepec, donde cometieron decenas de abusos.
El Plan tampoco contempla cómo fortalecer el sistema de procuración de justicia. De nada servirá detener delincuentes si no tienen un proceso apegado a derecho y ágil.
Esta semana, la mayoría oficial en el Senado dio los pasos necesarios para el nacimiento oficial de la Fiscalía General de la República. Pero lo hace con un candado: el fiscal sólo podrá ser removido por el Presidente, no por los diputados o los senadores. Las consideraciones son muy generales. Uno señala que lo podrá hacer “por incumplir de manera reiterada los fines institucionales”. Con ello se derrumba la intención de tener una institución autónoma. En unos días se presentará la lista de los 10 candidatos y ya en funciones, López Obrador enviará una lista al Senado para que el pleno elija a uno. Todo indica que el primer titular será Bernardo Bátiz. El Presidente electo tiene ahora dos herramientas para poder llevar seguridad y justicia a las regiones que la requieren. Por el bien de todos, ojalá y estos nuevos instrumentos se utilicen bien. Ya es hora.
CONTRASEÑA: Andrés Manuel López Obrador será el invitado de honor a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera jefa de Gobierno (electa) de la Ciudad de México el próximo 5 de diciembre. Ya confirmó su asistencia al Congreso capitalino. En cambio, a su antecesor Miguel Ángel Mancera, ni invitación le mandaron. Así estarán las cosas.
Las nuevas herramientas de AMLO
Los efectivos castrenses son los únicos de los que se puede echar mano contra el crimen