Cambio de rumbo en el PRD

La hambruna de votos se traduce en un importante recorte del financiamiento público que recibe el partido

El PRD recibió un diagnóstico de enfermo terminal en las elecciones de julio pasado. Parece que para eludir el augurio de muerte próxima, la cúpula del partido está dispuesta a una cirugía mayor que, incluso, implicaría la amputación de algunos de sus miembros. Lo que saben todos es que la estructura partidaria que permite (por estatutos) la formación de corrientes internas (mejor conocidas como tribus), ha resultado peor que mal en la supuesta democracia del partido: las tribus se reparten las candidaturas, las tribus se enfrentan por la dirigencia del partido, las tribus coquetean acuerdos incluso con miembros de otros partidos. ¿Qué nunca habían oído el “divide y triunfarás”? Total que la elección pasada ha sido la peor de su historia. Hoy el despacho de la presidencia es atendido por Ángel Ávila y ha dejado de ser un secreto tan bien guardado que el partido se enfila a una transformación que cambie la figura de presidente del partido por un cuerpo colegiado que lo dirija durante el periodo de transición. ¿Quiénes serían los integrantes? Hay nombres que suenan como una especie de dream team para, por lo menos, estar presentes en la re-concepción estructural e ideológica. Sí, también ideológica, no olvidemos que el pragmatismo electoral los llevó a aliarse con el PAN en las últimas presidenciales. Antes que nada, ésta es la ruta legal que deben seguir para lograrlo: 17 y 18 de noviembre habrá un primer congreso interno, donde se pondrán a consideración los nombres del equipo de rescate: Salomón Chertorivski, Marco Rascón, Ricardo Becerra, Pepe Woldenberg, Beatriz Mojica, Juan Zepeda y el mismo Ángel Ávila. Habrá más nombres, por lo menos un par de los anteriores no aceptará. Y, claro, una operación cicatriz está en marcha: pesos pesados del partido intentan recuperar a los que se han ido, pero no se incorporaron a Morena. Ése órgano colegiado tendrá entre 7 y 9 miembros. Rumbo a marzo habrá otro congreso, ya con el estatuto planchado para presentar ante el INE y, como seguro sucederá, después de las impugnaciones, ante el Tribunal Electoral. Y antes, ahora mismo, un recorte de más de 50% de su secretariado. Hoy el PRD tiene 25 secretarios a los que se les paga. En el Congreso ése número será reducido a 11 y muchas comisiones desaparecerán. La hambruna de votos se traduce en un importante recorte del financiamiento público que recibe el partido. Pero, quizá el más llamativo de los cambios es el que no está escrito en ninguna parte pero que sucederá, se los aseguro: no más vacas sagradas. Eso, en el PRD, se traduce en no más Chuchos (Zambrano, Ortega, Navarrete), por ejemplo. Y, dicen: ellos están de acuerdo. ¿Habrán entendido estos tres pilares que pueden ser columna, pero no más fachada? Así de sencillo.    

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@GABRIELBAUDUCCO