La guerra por el PAN

Al interior de Acción Nacional ven a Gómez Morín como una especie de caballo de troya

Este domingo será la elección de la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional. Cualquiera que sea el resultado, la votación detonará la guerra final por el control del más antiguo partido de oposición en México. En esta batalle, que en vista de las circunstancias parece a muerte, por un lado está Marko Cortés, del grupo de Ricardo Anaya, con una carrera en el partido –al que ingresó a los 17 años–, que pondrá a prueba la unidad y la fuerza del panismo sobreviviente tras la controvertida dirigencia y postulación del ex candidato presidencial. En el otro extremo está Manuel Gómez Morín, nieto del fundador de Acción Nacional, una especie de “caballo de Troya” para un sector del panismo que ve su candidatura como una estrategia o un artilugio impulsado por Manuel Espino y Germán Martínez, senador de Morena y próximo director del IMSS en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En una parte del PAN esto se mira como una conjunción de intereses para dividir al partido. Por un lado el ex presidente Felipe Calderón y Margarita Zavala; en medio Gómez Morín, el nieto que no parece compartir los valores que defendió su abuelo, y hasta el presidente electo, a quien los panistas ven operando por medio de Germán Martínez para hacer de Acción Nacional una oposición cada vez más inofensiva. El grupo de Cortés y Anaya tiene como propósito lograr que el ex jefe de los diputados federales del PAN sea electo en la presidencia, sin que el partido se divida aún más. Por eso la semana pasada la Comisión de Justicia del Consejo Nacional, a partir de una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, decidió perdonar a Ernesto Cordero, Jorge Lavalle y Eufrosina Cruz, expulsados después de que una parte de la bancada panista se aliara con el grupo parlamentario del PRI para elegir a Cordero presidente de la Mesa directiva. Entre los grupos que apoyan a Gómez Morín están el gobernador de Chihuahua, Javier Corral; el ex presidente del partido, Gustavo Madero; el ex gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond; los Calderón y la vieja guardia representada por los consejeros de mayor edad en el partido. Una encuesta telefónica nacional hecha por Massive Caller otorgaba hace dos días 65 por ciento de las simpatías panistas a Cortés, por 34 por ciento de Gómez Morín. Este sondeo coincide con una serie de fotografías donde el candidato a la presidencia del partido albiazul aparece con grupos que antes le fueron antagónicos en Puebla donde posó junto a Rafael Micalco, archienemigo del ex- gobernador Rafael Moreno Valle. Si Cortés es electo presidente, la apuesta parecería ser que en los años siguientes, respaldado por Anaya y por distintos grupos del partido, este joven de 40 años conduzca al panismo a convertirse en el principal partido de oposición a Morena y López Obrador, con la mira puesta en la elección de 2024.