La cosmología de este crimen, por fin, después de más de tres décadas, llega al cine de la mano de uno de los directores más talentosos que existen actualmente en la industria fílmica mexicana: Alonso Ruizpalacios, mente maestra detrás de Güeros, y ganador en el Festival de Berlín a Mejor Guion. Museo es un filme que toma como excusa un atraco para hablar sobre sueños frustrados, la idealización de la clase media de finales del siglo XX y hasta una crítica al mundo del arte y la arqueología. La madrugada del 25 de diciembre de 1985, la Navidad inmediata al temblor más devastador que haya golpeado al ex-DF, otra noticia azotó a la ciudad: el Museo de Antropología, un recinto sagrado que resguardaba joyas mesoamericanas de valor incalculable, había sido robado por un grupo de delincuentes profesionales.
Sólo la mitad de esa alerta era completamente cierta: años después, por traiciones relacionadas al narcotráfico, un delincuente proporcionó información para arrestar a uno de los culpables: un chico de veintitantos años, originario de una familia de clase media de Satélite.
LOS TLATOANIS DE NAUCALPAN
La pieza central de la cinta es, efectivamente, el golpe al Museo de Antropología e Historia perpetrado por jóvenes mediocres y buenos-para-nada: Juan (Gael García) y Wilson (Mauricio Ortizgris). Su relación de codependencia es lo único que los aferra a tener una pizca de solidaridad y empatía. Ambos enajenados por sus familias y un futuro lúgubre encuentran en estas razones para hallar una emoción en su existencia.
Traspasar la seguridad de la galería y abrir las vitrinas de la Sala Maya fue la parte sencilla del plan; lo complicado será poder encontrar quién pueda comprar las piezas de arte. Y es aquí, con un roadtrip que lleva a los personajes del sureste de México a Acapulco, que se encuentra la mayor fortaleza, pero también la gran decepción de Museo: conocemos el pasado y las ambiciones de los personajes, quienes no son antihéroes ni generan cariño, son simples seres humanos que demuestran que los planes a corto plazo naufragan directo a la derrota.
CINE DE AUTOR
Lo primero que hice al terminar la película fue tomar mi celular y googlear sobre el asalto a Antropología: era inverosímil que la anécdota tuviera un desenlace tan absurdo y poético -no se preocupen, es una columna sin spoilers-. Y efectivamente, en este caso, la ficción venció a la realidad: lo que intenta Ruizpalacios con su guion es recordarnos que las historias que creamos en nuestra cabeza siempre serán más entrañables que el día a día (una tesis recurrente para ambos protagonistas).
Más allá de los premios, el legado de Museo es que Ruizpalacios ha forjado un fenómeno que no ocurría desde hace 15 años, cuando conocimos la obra de Fernando Eimbcke: un cine de autor realizado por un director joven.
Por JOSUÉ CORRO
@JOSUE_CORRO