Quiero aprovechar este espacio que me brinda El Heraldo de México, para agradecer a los medios de comunicación que se han unido el pasado domingo a la celebración del onomástico de mi padre don Luis de Llano Palmer, artista, creador, inventor, líder y visionario de la TV, los medios y el espectáculo en nuestro país.
Aunque para la memoria oficial, mi padre vio la luz hace cien años, cómo está escrito en su documento naturalizado mexicano, en su acta de nacimiento se señala el 14 de octubre de 1915 como la fecha de su llegada a este mundo en Betxi, municipio de Castellón en la Comunidad Valenciana de España.
Mi padre era un hombre sencillo, de fuerte carácter y un sentido del humor agudo e inteligente. Tenía una memoria privilegiada y una perspectiva casi profética de los hechos y sucesos, tratándose de los medios de comunicación, y, sobre todo, de la vida misma.
¿Con qué palabras puedo expresar mi amor y admiración por mi padre? Quizás, sólo puedo decir que él ha sido el hombre más importante e influyente en mi vida y mi trayectoria, y por eso, quiero contarles brevemente su historia y compartir su legado:
Ocupó con tino y sagacidad los cargos de Director de Producción y Programación de los canales 2, 4 y 5 de Telesistema Mexicano; fue generador de innovadores conceptos en el canal 8 de TV Independiente de México; además de ser responsable de la modernización de la TV estatal y trabajar en Pronarte y en el Canal 13. Jubilándose al final de su carrera como productor de más de cientos de videoteatros en los que participaron casi todos los autores, directores y escritores mexicanos.
Por su ejemplar y trascendental carrera y aportaciones a la industria del espectáculo, fue distinguido en innumerables ocasiones a nivel nacional, e internacional, y la directiva de este diario le otorgó un reconocimiento especial de, Una vida dedicada al Espectáculo.
Durante un último homenaje a su vida, y algunos años antes de su fallecimiento, mi padre dejó muy en claro que saber ser humilde en la grandeza, define la sabiduría de un hombre, y frente a cientos de estrellas, personalidades y los medios de comunicación reunidos en aquel momento en el Forum Mundo Imperial de Acapulco, y millones de televidentes , don Luis hizo patente su agradecimiento, en primer lugar a los trabajadores y técnicos de la radio y la TV, hizo un llamado a todos los presentes y a las nuevas generaciones, refiriéndose a quien le diera la primera oportunidad en los medios, don Emilio Azcárraga Vidaurreta, con estas palabras:
“ … A mí me tocó escuchar alguna vez que la TV en México era una caja idiota, pero también me ha tocado ver que más allá de las fronteras abriendo canales de TV, que los mexicanos que viven allá legalmente o ilegalmente, al llegar la noche después de trabajar, muchas veces siendo explotados o humillados, prendían la TV; y a través de la señal que llegaba desde su añorada patria, se daban cuenta que eran personas de verdad, reían con sus cómicos, lloraban las lágrimas de su patria, y allí estaba su idioma... Y el hombre que arriesgó su capital, su trabajo y su nombre, y le enseñó a toda América Latina lo que es hacer TV, fue don Emilio Azcárraga Vidaurreta”.
Hombres como don Luis suceden cada siglo y permanecen gracias a su obra, y siempre que encendamos la tele o la radio, y en cada risa, en cada historia, en cada canción y en cada imagen, el mensaje que mi padre heredó a las generaciones pasadas, presentes y futuras estará allí, al aire y muy presente.
Como decimos acá en los foros de televisión: “corte y queda para la eternidad”, Don Luis, hoy que celebramos más de cien años de tu nacimiento, la memoria de tu legado seguirá al aire por siempre jamás… “corte y queda”.
Don Luis de Llano Palmer: Una celebración a su vida y a su legado
El domingo 14 de octubre, celebramos 100 años del nacimiento de mi padre, pionero de la TV en México y capitán del espectáculo