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Fiestas, peticiones y antojos: punto fundamental para el éxito de Spotify

OPINIÓN

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Fue en 1979 llegó el primer walkman. El TPS-L2 de Sony irrumpió en el mercado y nadie daba crédito a que, desde ese momento, ya era posible transportar tu música hacia donde quisieras. Después vino la evolución natural de estos dispositivos, la tecnología enfureció y comenzó el gran desfile: discman, minidisc, usb, iPod y otros reproductores de mp3 en general. Estos artefactos permitieron que los consumidores disfrutáramos de nuestra música en cualquier lugar y en cualquier momento. Con el arribo de los reproductores de mp3 por fin se había terminado el gran tormento de que el “laser” brincara al momento de correr, hacer ejercicio o simplemente pasar por un bache. Fue una transición muy similar a cuando logramos olvidarnos del famoso “’¡Ya se trabó la cinta!”. Con estos nuevos reproductores todo era miel sobre hojuelas hasta que, a finales de la primera década de los 2000, los amantes de la “música para llevar” nos dimos cuenta de que solo se podían reproducir los tracks que habíamos cargado previamente y nunca alguna petición o “antojo” que tuvieran nuestros amigos en la fiesta o simplemente esa pieza que se nos venía a la cabeza y que deseábamos reproducir de inmediato. El encanto de los iPods con capacidad de hasta 160 GB empezó a opacarse. Ya en 2008, la brillante idea que habían preparado por años unos chicos de Suecia salió a la luz: ¿Qué tal una aplicación que te permitirá seleccionar música en listas personalizadas, pero además, que te dejara bajarlas a tu dispositivo para reproducirlas aún sin tener señal de Internet? El sueño se convirtió en una realidad y en aquellos días Coldplay sonaba fuerte con su Viva la vida ¿coincidencia?... probablemente. Después de estos 10 años de disfrutar las mieles de esta aplicación multiplataforma que nació en Estocolmo, es imposible no reflexionar que, efectivamente, el tiempo vuela y que las plataformas streaming vinieron a cambiar por completo la forma en la que consumimos música. Recordemos que antes de que llegara esta poderosa firma, ya existían otras marcas como MusicNet (la cual perteneció a dos disqueras transnacionales: EMI, AOL/Time Warner y BMG), Pressplay y Rhapsody, sin embargo, eso apenas fue una probadita. Sobre del tema de que si hay que pagar por un servicio así o no, probablemente el debate nunca termine. Ya lo dijo Steve Jobs, mientras presentaba la iTunes Store en 2003 en Cupertino, California: “Cuando compras tu música nunca se irá, ahora dispones de ella y tienes amplios derechos de uso sobre de la misma, ¡DISFRÚTALA!”. El asunto es que Spotify, hasta la fecha, continúa en la delantera y otras plataformas, no menos poderosas, como Apple Music, Tidal, Google Play, Deezer, YouTube Music y Amazon Music Unlimited siguen estudiando con qué estrategia pueden competir. Actualmente, Spotify acumula 180 millones de usuarios activos cada mes en todo el planeta, distribuidos en 65 países distintos, 40 millones de canciones y podcast’s y miles de millones de canciones, que juntas, representan un tiempo total de 16,858,080 años. Es un privilegio ser testigo de cómo la tecnología va mutando de forma vertiginosa y de cómo viejas canciones se adaptan a estos nuevos moldes. En el formato que sea y con el dispositivo que sea, nunca vamos a renunciar a los placeres que nos ofrece uno de los tesoros más valiosos en la vida. Qué viva la música para siempre. Durante el año en el que nació Spotify estas son algunas de las canciones que estaban sonando. Disfruten:     Por Julián Téllez