Tiempo de consulta y diálogo

En los últimos días de enero de este 2018 se profundizan los procesos de consulta en Centroamérica. Algunos tienen una repercusión directa al interior de los países, los otros con consecuencias que favorecerían una solución a problemas de larga historia. Uno de ellos se refiere a la consulta interna en Guatemala respecto a las diferencias territoriales entre Belice-Guatemala, cuya conciliación determina las condiciones para una paz sostenible y duradera en la región norte centrocaribeña, asuntos sensibles para las poblaciones de ambos países. Por su parte, el diálogo de los representantes de ambos países está programado como punto central de la reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) este 31 de enero. En tanto, la próxima consulta nacional sobre el diferendo tendrá lugar el 15 de abril de este año en Guatemala. La cobertura permitirá seguir la reunión por parte de las poblaciones involucradas en tiempo real con la garantía de que el registro quedará a partir de ese momento accesible de manera inmediata a la disponibilidad pública, lo que promete ser uno de los hechos más cubiertos por medios de comunicación y redes sociales en los países involucrados. A 14 años de la firma del acuerdo para establecer pactos respecto al proceso de transición, medidas de fomento de la confianza, derechos humanos y procedimiento para el tratamiento de ciertos pobladores en la zona de adyacencia entre los dos países, y directrices sobre declaraciones públicas, del 7 de febrero de 2003, en el diálogo participarán los ministros de ambos países, el secretario general y representantes de los Estados miembros de la organización hemisférica. Los compromisos de principio de siglo fueron percibidos como un signo de avance en la distensión con el objetivo final del logro de una solución final justa, equitativa, honorable y permanente. En aquel momento, se reconoció la labor del panel de conciliadores y la creación del mecanismo para el manejo de las relaciones en la zona de cercanía que estaría en vigencia hasta que se celebraran las consultas populares referidas en el acuerdo. A lo largo de estas décadas se reconoce que la consolidación del acuerdo sobre el diferendo ha sido posible por la solidez de los lazos históricos entre ambas sociedades y un entorno regional favorable a la integración en un marco global, reconociendo las diferencias de intereses y la construcción de agendas comunes con el sustento de la buena fe en el proceso. Actualmente, la continuación del diálogo sobre el diferendo fronterizo ocurre nuevamente en la sede de la OEA, en contextos externos diferentes marcados cambios en los desafíos ante nuevos contextos sociopolíticos nacionales y comerciales. Se suma a la compleja agenda de la integración hemisférica. La expectativa respecto al diálogo sobre el diferendo Belice-Guatemala es muy alta y el ambiente positivo para el acuerdo, porque tiene el respaldo de las aspiraciones nacionales.