Demetrio Sodi: Mercado de candidatos

En esta elección estamos viendo algo que no se había visto antes. Es cierto que a partir de 1988 con el surgimiento del Frente Democrático Nacional, empezó la debandada del PRI para buscar una candidatura por otros partidos; pero el mercado electoral que estamos viendo no tiene antecedentes. Estamos ante un verdadero mercado de políticos que renuncian a su partido para buscar una candidatura por otro, sin importar años de militancia o la ideología del nuevo partido. Lo importante es salir al mercado y conseguir una candidatura sin importar que partido, candidato presidencial o propuesta de gobierno que haya que apoyar. El más abierto para recibir a quien sea es el partido de “la honestidad valiente” de AMLO, que acepta como candidatos a políticos con largo historial de corrupción, incapaces para gobernar y opuestos a la izquierda. Para ganar es válida cualquier alianza o hacer candidato a quien sea, siempre y cuando dé votos en la elección presidencial. Lo mismo pasa con el Frente (PAN, PRD y MC), con el acuerdo que firmaron se da vida a políticos con pésimos antecedentes y que sólo hace unos meses eran enemigos. En este caso tampoco habrá ningún procedimiento democrático, las candidaturas se repartirán en función de intereses de las corrientes o de lazos familiares de los dirigentes o gobernadores. El pragmatismo de Dante logró reunir a los opuestos y para lograrlo una condición era ignorar agravios políticos anteriores. El PRI también anda a la caza de candidatos externos, sin embargo, a pesar de haber elegido un candidato sin partido, la maquinaria priista le está imponiendo a los políticos de siempre sin importar antecedentes de corrupción. Para el candidato del PRI es urgente distanciarse del partido para tener alguna posibilidad de triunfo, sin embargo, si se aleja demasiado, puede perder el apoyo de la militancia que le da un piso mínimo para ganar. Todos los partidos quieren dar una imagen de apertura, pero la imagen que están dando es de un oportunismo excesivo. No se entiende la alianza de Morena con Encuentro Social, no se entiende la coalición PAN y PRD y no se entiende para qué le sirve al PRI la alianza con el PVEM. Más allá de las ideologías o antecedentes personales, lo único que importa para decidir un candidato son los números de las encuestas. No puedo imaginarme un gobierno donde la mitad de los secretarios sean del PAN y la otra del PRD, o un gobierno de Morena apoyado por legisladores expanistas, o un presidente del PRI que no tenga el apoyo de los priistas. Gane quien gane, la gobernabilidad del país está en riesgo. Esta forma de seleccionar a los candidatos va a provocar un seguro caos de gobernabilidad ya que si bien el agua y el aceite se pueden juntar para ganar elecciones, es imposible que se integren a la hora de gobernar.   Aspirante independiente a Miguel Hidalgo