Beata Wojna: Polonia y México: una relación en construcción

A México llegué a principios de 2014, y encontré que nuestros dos países se estaban redescubriendo en el nuevo mundo global. En este proceso han sido claves las políticas públicas enfocadas a explorar nuevas oportunidades, los empresarios que buscan nuevos mercados y los ciudadanos que ven más allá de lo inmediato. ¿Qué caracterizaron a los últimos cuatro años de relación bilateral? Varios aspectos: la diplomacia comprometida, innovadora y abierta a nuevas tecnologías y formas de comunicación. Asimismo, el enfoque en los temas económicos y la siempre presente oferta cultural. Evaluando los cuatro años de labor diplomática hay que destacar un hecho histórico: la primera visita oficial de un presidente de Polonia a México en 2017. En este contexto se firmaron una declaración de Jefes de Estado denominada “Hacia una relación estratégica entre México y Polonia”; así como once acuerdos sobre cooperación económica, académica, cultural, bancaria, policial, y en materias como turismo, deporte, exploración espacial y medios de comunicación. Ello sentó las bases para realizar proyectos conjuntos entre ambos países. En lo económico, el comercio bilateral alcanzó mil 200 millones de dólares, situándose un 25% arriba de lo comerciado en 2013. Asimismo, muchos mexicanos descubrieron lo bondadoso del mercado polaco y comprometieron ahí fuertes inversiones. Por ejemplo, la reciente inversión en la cadena de restaurantes AmRest y la entrada del Grupo Industrial Saltillo se sumaron a la presencia previa en Polonia de Cemex, Katcon, Mexichem y Nemak. Y en sentido inverso también hubo actividad: empresas polacas de autopartes se establecieron Tlaxcala y Guanajuato, mientras que la agencia de promoción comercial de Polonia se inauguró en la Torre Mayor. El turismo fue también gran motor de cambio. Alrededor de 47 mil polacos visitaron México en 2017; son 20 mil más que en 2013. De igual forma, la relación académica bilateral recobró importancia: cada año más de un centenar de estudiantes mexicanos llegan a Polonia. Y habrá más, pues con el acuerdo de cooperación entre las asociaciones de las universidades polacas (KRASP) y mexicanas (ANUIES) –a firmarse el 31 de enero próximo–, estos números crecerán. Deseo expresar que para mí fue un gran honor participar como diplomática en la construcción de la relación entre Polonia y México. Quisiera también extender mi agradecimiento a todos los que apoyaron la labor de la Embajada y creyeron en el gran sentido que tiene construir lazos con Polonia. Podemos estar seguros de que la actualización del Acuerdo Global entre México y la Unión Europea, que cuenta con el pleno apoyo de Polonia, dará aún más fuerza y solidez a las relaciones polaco-mexicanas. Este es mi último artículo para El Heraldo de México en el que firmaré como Embajadora de Polonia en México. Sin embargo, no me despido. Seguiré escribiendo sobre relaciones internacionales, pero ahora sin las restricciones que ocasionalmente impone la diplomacia.   Embajadora de Polonia en México