Tlalne ya había 'desaparecido” a un Marco Antonio

Las faltas a todo tipo de protocolos por parte de la Policía municipal en el Edomex son cuantiosas, ominosas y nada nuevas, y la corporación de Tlalnepantla, donde tuvieron y dejaron ir sin mayor investigación a Marco Antonio Sánchez, cae en ese mismo error frecuentemente. Una historia similar a la del estudiante de Prepa 8, ocurrió hace 4 años y medio. El 26 de julio de 2013, un hombre de 31 años con el nombre de Guillermo Flaudiano Bolaños García fue detenido por los policías municipales José Luis Hurtado Vargas y Arturo Mejía Mondragón, quienes lo subieron a la patrulla 1314 de Tlalnepantla, para remitirlo al Juzgado Cívico tras haberlo sorprendido orinando en vía pública. En esa calle, un par de taqueros que lo conocían –según el relato en la denuncia que presentaría más tarde la madre de Flaudiano, Lucía Marín– alertaron a los policías de que el detenido era una persona con discapacidad intelectual. Poco importó y lo trataron sin seguir un protocolo: llegó al Juzgado, fue arrestado, pasó varias horas en los separos y fue liberado. Él no sabía regresar a su casa. Tampoco importó el papelito que siempre cargaba en su bolsa, con sus datos de identidad y teléfono de casa. Pese a la notoriedad de su discapacidad intelectual, no buscaron a su familia ni lo canalizaron al DIF o alguna estancia donde pudieran esperar a que sus padres lo buscaran. Simplemente lo echaron a la calle, y se perdió. ¿Suena familiar? A Marco Antonio, en evidente estado de desorientación, según su propio padre, lo dejaron ir de Tlalnepantla sin llamar a sus padres, pese a tratarse de un menor de edad con evidente trastorno emocional. Y se perdió. La madre de Flaudiano llegó días después de ese julio de 2013 a buscarlo a la Comisaría de Tlalne y le dijeron que nunca había pisado los separos; más tarde, cuando el caso se hizo mediático, admitieron que había estado ahí, pero que no notaron ni les alertaron de su discapacidad (lo cual era falso), por lo que lo liberaron sin más. ¿Suena familiar? Lo mismo dijeron de Marco, que no sabían que medio México le buscaba por redes sociales, aunque fue #TT. Lucía pidió videos para ver las condiciones en que tuvieron a su hijo en Tlalne, y se los negaron; presentó una denuncia por desaparición forzada, por la que se abrió la carpeta de investigación 483330360499013. La respuesta, nos contó en su momento Lucía, fue que un desconocido la amenazó para desistirse de la denuncia y de acudir a los medios. Le dijeron que le iban a cargar a ella la responsabilidad del extravío de su hijo. La madre de Flaudiano, su padre y una de sus hermanas dejaron sus trabajos para dedicarse a buscarlo. La condición familiar, además, se deterioró económicamente. Tres meses después, la historia tuvo un trágico desenlace… Flaudiano fue encontrado a finales de octubre, a salvo, por una vecina (como Marco) y su hallazgo fue presumido por la Alcaldía de Tlalne, (dirigida entonces por el priista Pablo Basáñez, así como hoy está dirigida por la tricolor Denisse Ugalde) aunque nada tuvo que ver, como en el caso de Marco, también. Lo trágico viene aquí: la familia no volvió a denunciar nada. Resulta que tenían vínculos con algunos grupos priistas, que les facilitan asistencia social y económica, y atendieron la petición de hacer mutis. Ganó la impunidad, porque nadie fue sancionado. ¿Suena conocido? A los padres de Marco les han pedido ya no atender entrevistas, y no contestan ya su celular, como sí lo hicieron al principio. Pero qué esperar en cuanto al respeto de protocolos de corporaciones policiacas en el Edomex, donde además de encabezar los rankings de corrupción e incumplimientos de controles de confianza, son corporaciones que matan a discreción a los propios vecinos que les pagaron por cuidarlos, todo por no saber seguir un protocolo de detención de un vehículo y revisión de sus ocupantes, para determinar que nada tenían que ver con una denuncia de robo, tal como pasó en el caso de Alire, en Sayavedra, hace también 5 años. Pero esa, esa es otra historia para junio. Enhorabuena por Marco y su familia; tache para la CDMX y Tlalnepantla, y por sus policías involucrados.