¡Ay, la corrupción!

Parta tratar de combatir la corrupción de funcionarios públicos en México, gobiernos priistas y panistas han propuesto desde hace medio siglo, por lo menos, planes, programas y estrategias donde se ha considerado la cárcel; cortarle las uñas de las manos y de las patas a los corruptos, exhibirlos, quitarles lo que se robaron, y una larga serie de acciones legales y administrativas. Nada ha dado resultado. Incluso las instituciones que en ese lapso se crearon para prevenir y sancionar ese flagelo, se convirtieron en “tapaderas” de la corrupción. Ayer, los priistas festejaron con bombo y platillos que su candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, haya hecho un anuncio sin precedentes para erradicar la corrupción y la impunidad, al tiempo que presentó ante los presidentes de los tres partidos que lo postulan una iniciativa que busca combatir de fondo este cáncer que tanto ha lastimado a nuestra sociedad. Meade reconoce la indignación de la ciudadanía, y como parte de ésta decide comenzar ya con medidas que permitan diseñar un marco jurídico robusto, fortalecer las instituciones e instrumentar políticas públicas de rendición de cuentas permanentes de los políticos con los ciudadanos, argumentan los priistas, que enumeran los tres ejes de acción que plantea la iniciativa.
  1. Que los corruptos devuelvan lo que se robaron para utilizar esos recursos en un fondo de becas para niños, niñas y mujeres, para fortalecer la economía familiar.
  2. Aumentar las penas para servidores públicos deshonestos, con lo cual se busca inhibir las acciones deshonestas.
  3. Establecer la obligatoriedad de la declaración patrimonial para altos funcionarios y legisladores.
. Con esta propuesta se confirma que Meade es el único precandidato que tiene la calidad moral y la vida honesta que le permite proponer medidas de este calado, la cuales contrastan claramente con promesas mágicas o discursos que se quedan sólo en palabras y no se traducen en acciones, afirma el senador Arturo Zamora, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y quien declara urbi et orbi que hacen suya esta propuesta de Meade, porque están  convencidos de que como él mismo lo dijo, debemos seguir trabajando gobierno, sociedad y partidos para acabar de fondo con un cáncer que lastima a México. Lo que no se explican los observadores políticos, es por qué antes de hacer “anuncios sin precedentes” no se toman un ratito para leer la historia, analizar lo que se ha dicho y prometido sobre el flagelo; y para revisar los antecedentes de algunos personajes, como la señora Alejandra Sota Mirafuentes, quien apareció en la lista de Forbes de los 10 mexicanos más corruptos de 2013, según la opinión de periodistas y académicos. La ex vocera del expresidente Felipe Calderón, hoy integrante del equipo de campaña de José Antonio Meade, fue investigada por las autoridades mexicanas por la presunta malversación de fondos y tráfico de influencias. Fue acusada de favorecer a amigos y antiguos compañero de clase con los contratos gubernamentales cuando se desempeñó como funcionaria, según la publicación.  Y aunque haya sido exonerada sigue gozando de mala fama.