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Parra: ¿David vs Goliat, o el neo-La Quina?

OPINIÓN

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Como toda la historia, la de los líderes sindicales priistas que no siguen la línea y se van por la libre, es cíclica. Apoyado en la fuerza de su clientela, David Parra, el priista líder del Sindicato Único de Trabajadores del Estado y Municipios, se rebeló al designio del dirigente del PRI, Ernesto Nemer, y del gobernador Alfredo Del Mazo. Ellos determinaron que Rodrigo Reina sea el “candidato de unidad” para Naucalpan. Parra consideró que no es justo. Que lo justo es que sea él, por tercera vez, el abanderado tricolor a esa nominación. Ya lo fue y perdió en 2006 y en 2015, contra José Luis Durán y Édgar Olvera, respectivamente. Sin embargo, en este 2018 se anotó por la libre como precandidato, y lo dejarán contender contra Reina en la interna. Lo que no le han dicho es que aunque él se ve más como un rebelde sin causa a lo James Dean, lo que le espera es más parecido al destino de Joaquín Hernández Galicia, el otrora inamovible líder de los petroleros que desafió a Salinas de Gortari y encontró ahí su tumba política. Pasó en la cárcel 8 de los 35 años que le dieron por desobedecer al Presidente. Este desafío no sólo es contra Nemer y Del Mazo. La afrenta es directa al hombre más poderoso y cercano al Presidente: Luis Videgaray. Reina es hechura del Canciller. La suerte de David ya está echada, y esta vez, Goliat no va a perder. Ya hay quien dice que será el enroque en la celda que ocupaba otro David: Sánchez, el ex edil que recién dejó la prisión por enemistarse con quien no debía. No le inventarán delitos, eso sí, sólo que ahora sí empezarán a notar lo que desde hace tiempo se ha señalado en contra suyo. Parra se irá a Morena, cierto. La maniobra es sólo una diversión (tanto en el sentido militar como en el lúdico del concepto). Se prevén amagues del sindicato como los que ya ha hecho: dejará de recogerse la basura por días en el municipio. Pero Reina se quedará con la candidatura, el líder sindical será arropado por Andrés Manuel y el resto se definirá el 1 de julio. Los únicos perdedores, como siempre, serán los naucalpenses, a manos de un rebelde con causa… perdida.   CLAVES XXVIII   Hace un par de meses discutía con una diputada priista si los medios de comunicación éramos los responsables de la idea de que proliferaron los feminicidios –premisa que ella sostiene, debido a nuestro desconocimiento al tratar como tales, casos que no son crímenes de género sino homicidios sin huella de odio– o bien, si el incremento en la fatídica estadística se debe a que no hay una política de Estado que atienda el tema como prioridad, por indiferencia y desprecio –mi explicación y la de miles y miles de familiares de las víctimas y organizaciones. Prometí dejar de hacer un recuento del tema cada semana para no abonar a esta “imprecisa lectura de la realidad” y ver los datos fríos un tiempo después. Yo cumplí mi palabra; la premisa de la diputada, desgraciadamente, fue la perdedora. De acuerdo con los datos (no de los periodistas) del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que depende de la Secretaría de Gobernación, el año pasado fue el más violento: 671 feminicidios. Es casi el doble de los 389 que se contabilizaron en 2015, cuando comenzó esta estadística. Son casi dos al día. La pregunta salta sola: ¿qué tal durmieron con estos números tod@s aquell@s que creen que es un compló de los medios contra el actual régimen? Hace 28 semanas comenzó (bajo inspiración de Germán Dehesa y su “¿Qué tal durmió, Montiel?”) este punzante recordatorio de los feminicidios, sobre todo los irresueltos. Hoy, retomamos.   Columna anterior: Espino chantajea a AMLO//postergan partidos convocatorias