En medio de mayores presiones del presidente Donald Trump, el domingo inició en Montreal, Canadá, la sexta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Éste será el diálogo con más días de duración de todos los que se han llevado a cabo hasta ahora y, quizá, el de mayor tensión ante la probabilidad de que Estados Unidos se retire del acuerdo.
Sin embargo, contrario a lo que hubiera podido pensarse, en México parece haber calma. El peso se mantiene estable y la Iniciativa Privada es optimista, especialmente, porque el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha dejado claro que “hay vida más allá del TLCAN”, tal como lo ha descrito el Canciller Luis Videgaray.
Es un hecho que la estrategia de diversificación comercial de nuestro país ha dado frutos y cada vez hay más naciones interesadas en los productos nacionales. Ayer mismo, en Santiago de Chile, durante la II Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Foro Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños-China, el Secretario de Relaciones Exteriores recordó que México tiene otro destino prioritario para las exportaciones mexicanas: China, país al que Videgaray se refirió como “una nación grande e importante que admiramos y que ha decidido acercarse a América Latina y el Caribe”.
No hay que olvidar que, según datos de la Secretaría de Economía, esa nación asiática es hoy nuestro segundo socio comercial en el mundo, con intercambios cercanos a los 75 mil millones de dólares en 2016. Además, es el tercer destino de nuestras exportaciones y la segunda fuente de nuestras importaciones, lo que convierte a México en el primer socio comercial de China en América Latina.