México cuenta con una importante riqueza forestal en sus bosques, selvas, zonas áridas y manglares. Su conservación es ineludible, no sólo por los múltiples productos y los bellos paisajes que ofrece, sino también porque genera importantes servicios ambientales, como evitar la erosión del suelo, captar agua y capturar grandes cantidades de carbono. La pérdida de vegetación forestal, conocida como deforestación, tiene consecuencias graves para el medio ambiente, que inciden negativamente en el cambio climático.
Ante esta situación y en congruencia con el Acuerdo de París, que busca reducir el calentamiento global, el gobierno de la república se comprometió a alcanzar una tasa cero de deforestación al año 2030, a través de un manejo forestal sostenible que permitirá un punto de equilibrio en el que las hectáreas de terrenos forestales que eventualmente se lleguen a perder, serán compensadas en su totalidad con hectáreas reforestadas.
La administración del presidente Enrique Peña Nieto planteó la meta de reforestar un millón de hectáreas durante su sexenio y a la fecha se tiene un avance de 900 mil. Recientemente, el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano, informó que esta reforestación registra un promedio nacional de supervivencia de 63%, nunca antes visto en México.
Para consolidar estos esfuerzos y garantizar el aprovechamiento sostenible en los terrenos forestales, los interesados en desarrollar proyectos de inversión que impliquen la remoción de vegetación forestal deben elaborar un Estudio Técnico Justificativo que demuestre que no se comprometerá la biodiversidad, no se provocará erosión del suelo ni deterioro de la calidad del agua. La viabilidad del cambio de uso del suelo planteado para dichos proyectos es evaluada por la SEMARNAT.
Parte fundamental de esta evaluación es el establecimiento de medidas de compensación ambiental, como la reforestación, a cargo de los responsables de los proyectos de inversión. Estas medidas se realizan ya sea en las zonas aledañas a las de remoción de vegetación o en otras zonas que cuenten con condiciones adecuadas.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es un ejemplo, ya que cuenta con una autorización de cambio de uso de suelo de 240 hectáreas y para compensar se han reforestado 4346, 111 en el vaso del Ex Lago de Texcoco y 4235 en los municipios de Acolman, Axapusco, Chiautla, Ixtapaluca, Otumba, San Martín de las Pirámides, Tepetlaoxtoc y Texcoco. Asimismo, para la obra del tren interurbano México-Toluca se autorizó un cambio de uso de suelo de 13 hectáreas, que se están compensando con la reforestación de 55 hectáreas en Ocoyoacac, Estado de México, y en la delegación Cuajimalapa, en la Ciudad de México.
La protección de nuestro patrimonio natural es prioridad para el gobierno de la república y con las acciones emprendidas, México reafirma su compromiso en el cuidado del medio ambiente, por el que ha sido reconocido a nivel internacional.
SUBSECRETARIA DE GESTIÓN PARA LA PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LA SEMARNAT