El chaleco amarillo de Ricardo Anaya

Fue histórico ver al panista Ricardo Anaya entrar ayer en la casa nacional del PRD, pero fue inaudita la escena en que el joven político recibe frente al logotipo del sol azteca un chaleco amarillo para ponérselo a pesar de su recalcitrante postura contra el aborto y los matrimonios gays, cuyos temas fueron legalizados por el perredismo en Ciudad de México y hasta hace poco defendidos a nivel nacional. Apenas hace unos días en una reunión de amigos coincidí con un ex panista que decidió asumir su homosexualidad de forma abierta. En la mesa fue quien más reclamó la alianza entre ambos partidos porque, según dijo, han sido precisamente los panistas los peores adversarios de la comunidad lésbico-gay en su lucha por el reconocimiento de sus derechos. Pero si Anaya entró contento a la sede perredista, al final se fue triunfante como ya lo hubiese querido más de un presidente nacional de ese partido en el momento de su elección interna o al término de su mandato. Aunque en el panismo sigue vigente la contundencia de que los homosexuales no son dignos de reconocimiento y que no merecen el goce pleno de todos los derechos humanos, los perredistas no dudaron en levantarle la mano a Anaya, empezando por Angélica de la Peña, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, quien en algún momento cuestionó la posición “retrógrada” de los panistas al rechazar su iniciativa para facilitar el aborto por salud en todo el país. Pero son tiempos de elecciones. Los elementos humanos ya se verá si se discuten después. “¿No es familia la convivencia solidaria y genuino apoyo diario entre personas del mismo sexo? ¿Y sí son familia algunas riñas permanentes heterosexuales? ¡Por favor!”, lo dijo el propio Germán Martínez, ex presidente nacional del PAN. En este momento para el partido albiazul, sin embargo, seguir validando el viejo argumento “de la desviación del orden natural”, es la opción para seguir adelante en la gobernanza. En esta extraña alianza no importó discutir las condiciones de igualdad. Lo que les movió, según han dicho, es desterrar al PRI y la corrupción de este país. Pero lo cierto es que sin el PAN, el PRD estaba condenado a desaparecer por sus fracasos de gobierno y sin el PRD, el PAN no tendría posibilidades de ganar la Presidencia de la República. En la plataforma humanista no hay un ápice de coincidencia, pero si la hubo para que los grupos internos de ambos partidos se repartieran las candidaturas a los cargos públicos y las secretarías y organismos en caso de ganar las elecciones. Anaya con su chaleco amarillo puesto hizo historia en el PRD.   *** UPPER: Enhorabuena a El Heraldo de México y al colega Alejandro Cacho por el noticiario, a partir del 22 de enero de 7 a 9 am por radio, televisión por cable y redes sociales.