Tuvimos una alfombra negra

En la 75 entrega de los Golden Globes el pasado domingo, el invitado principal fue el activismo social; todos los asistentes vistieron de negro y usaron prendedores como muestra de solidaridad al movimiento #Time’sUp, que lucha contra la discriminación, la violencia y el acoso sexual a través del hashtag #WhyWeWearBlack. En este sentido, Twitter anunció que durante el evento se tuitearon más de 500 mil mensajes bajo estas etiquetas en más de 100 países diferentes. Ésta es la primera ceremonia de premiación del año, y normalmente tiene un tono relajado y es la que da el banderazo a todas las demás premiaciones, las cuales culminan con el Oscar. Si bien la premiación es importante, la alfombra roja en estos eventos es muy esperada, pues los diseñadores saben que es un escaparate internacional y, en ocasiones, las firmas ya tienen predestinadas a sus musas, obviamente con contratos millonarios. Pero, ¿quién paga esto? A veces desde que el artista firma contrato con alguna película o con un estudio se acuerda un monto para gastos de imagen, que incluyen los eventos y hasta los estilistas. Otros artistas son embajadores de marcas, ellos ya tienen un contrato para que ciertos diseñadores los vistan. Otras celebridades contratan asesores para que se encarguen del total look. A algunos a veces les pagan los diseñadores por portar sus creaciones. Los diseñadores saben lo que una alfombra roja de estas dimensiones significa, y se pelean por vestir a las celebrities, sobre todo si son nominadas, ya que saben que las fotografías darán la vuelta al mundo y les asegurarán la venta del resto del año, por lo que en ocasiones deciden regalarles los vestidos. Ese domingo, aunque el código de vestimenta fue negro, el tono sobrio y el discurso de Oprah nos dejó con ganas de que sea electa como presidenta. Mientras que los famosos no escatimaron en su derroche de glamour, se estima que solamente en joyería habían varios millones de dólares. Salma Hayek, por ejemplo, traía puestos más de 5 millones de dólares en joyas de Harry Winston, Bulgari, Chopard, De Beers, Tiffany & Co y Cartier, marcas que también aderezaron los atuendos de otras famosas; así como las firmas de relojes Panerai, Piaget, JWC y Jaeger-LeCoultre. Dior, Gucci, Armani y Tom Ford fueron los más solicitados, y la gran ausente: Marchesa, firma que hasta hace unos meses era un must. Marca propiedad de Georgina Chapman, ex esposa del innombrable Harvey Weinstein, director de Hollywood que acosaba sexualmente a actrices que, tras romper el silencio, desató el origen del movimiento #Time’sUp. Todo indica que este año la conciencia colectiva nos llevará a buscar el bien común, según Elkhart Tolle, autor de El Poder del Ahora, debemos tomar las riendas de nuestro propio estado de conciencia con la verdad.