Buscando la definición depolítica encontré que es muy amplia. Se sabe que en el neolítico la sociedad comenzó a organizarse en un sistema de jerarquías, donde¿ ciertos individuos adquieren poder sobre el resto. Antes de eso, el poder lo ejercía aquel de mayor fuerza física o el más inteligente del grupo. De alguna forma, sigue siendo así.
Platón y Aristóteles trascendieron por sus trabajos para definir a la política y las formas de ejercer el gobierno. Otra definición, mucho más naive, define a la política como la actividad cuya razón de ser es alcanzar un fin preciso: el bien común. En México, creemos más en aquella que dice: Política, arte de la negociación para conciliar intereses.
Muchos son y han sido los ejemplos de ese pragmatismo político en la historia reciente de México. Hemos sido testigos de varios casos donde los políticos brincan de un partido a otro, aún cuando sus ideologías son opuestas, en el momento en que no ven posibilidades de obtener las candidaturas o los puestos que ambicionan. Van y vienen sin recato, lo importante es seguir en la lucha por el poder, por los puestos, por el presupuesto, por el fuero.
Me llevaría muchísimo más del espacio destinado a esta columna para hablar de todos ellos, pero quiero centrarme en el caso de Ángel Heladio Aguirre Rivero, expriista que cuando vio frustradas sus ambiciones brincó al PRD.
Como perredista logró su sueño, ser gobernador de Guerrero. Cargo que tuvo que dejar cuando fue señalado como principal responsable -político al menos-, de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Por alguna razón que aún ignoro, el gobierno federal lo protegió. No se atrevió a fincarle cargos, ni a investigarlo. Dejar la gubernatura fue suficiente. Ha caminado tranquilamente por las calles durante tres años sin ser molestado. En este 2018, Ángel Aguirre pensó que podría volver a la política activa y buscó ser candidato a diputado por el PRD. Y aquí es donde viene a cuento la definición de que Política es el arte de la negociación para conciliar intereses.
La aspiración de Aguirre levantó muchas cejas entre perredistas, pero más entre panistas. Pero como este año PAN y PRD están aliados para buscar el poder, el puritanismo panista tuvo que contenerse. Apenas pudieron decir que la posible candidatura de Aguirre Rivero no era una buena idea.
Aquellos que desde su pedestal moral se hubieran rasgado las vestiduras, hoy tuvieron que callarse la boca.
En el pasado, se hubieran ido a la yugular del PRD. Hoy, PAN y PRD están unidos por la debilidad de cada uno de ellos y por su ambición de poder. Desde el momento en que se supo de su posible alianza, muchos criticamos esa promiscuidad política.
Quienes en el pasado ni siquiera se saludaban, hoy van de la mano en pos del poder. A eso le llaman política.
Platón y Aristóteles se volverían a morir de ver semejante amasijo. Hoy no importan los ideales, ni los principios. Hoy importa tener el poder.
Aquello de que la esencia de la política es la búsqueda del bien común, que lo dejen para los libros de texto, al fin y al cabo que la realidad nos demostrará lo contrario.