El país convertido en ring

Llueve lodo de un lado a otro. Lo electoral, lo contamina todo. Si uno critica a X, seguro está con Y. Si cuestiona a Y, es para hacerle el juego a X. O lo que es lo mismo: estás conmigo o en mi contra. La trama Cesar Duarte-Javier Corral-PRI-gobierno federal, es botón de muestra perfecto. Vamos a los hechos irrefutables. El gobernador de Chihuahua acusa a su antecesor, Cesar Duarte, de haber desviado miles de millones de pesos del erario. Hecho: el gobierno estatal tiene pruebas que documentan el desfalco y ha detenido a excolaboradores de su antecesor por dichos actos. Hecho: Hay más de una decena de denuncias ante PGR contra Duarte, pero la Procuraduría tiene en la congeladora la extradición del chihuahuense. Hecho: Corral acusa que el gobierno federal “castiga” económicamente al estado reteniendo recursos por las pesquisas contra el exgobernador, aún militante priista. Hecho: La SHCP ha probado que transfirió el total de recursos que, de acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación, corresponden a Chihuahua. Hecho: Corral reconoce que así fue. Hecho: el gobernador asegura que se trata de otra bolsa, una de 700 millones de pesos que pactó directamente en Hacienda. Hecho: esa bolsa es discrecional, poco transparente y opera sin reglas claras. Hecho: Corral lo sabía cuando fue a negociarla y aun así le entró. Hecho: Chihuahua vive una ola de violencia y crimen que coloca al estado como foco rojo. Hecho: cerró 2017 como la quinta entidad con más homicidios del país (Sistema Nacional de Seguridad Pública). Hecho: en 2017 los asesinatos crecieron 39% en comparación con 2016 (SNSP). Hecho: según ONU-Mujeres, tiene dos de los municipios con más feminicidios: Juárez (3) y Chihuahua (6). Hecho: a Corral le viene bien desviar la atención y centrarla en un conflicto político lejos de la crisis de violencia de la que es corresponsable. Hecho: el gobernador es bueno para la arenga, y en ese terreno puede ganar la batalla. Pero en campaña los hechos parecen importar poco. La percepción manda. Ingenuamente hay quienes piensan en el PRI-gobierno que exigir cuentas a Duarte, implica apoyar a Corral, cuando en realidad se trata de un acto de justicia. ¿Por qué no se actúa contra él como se hizo con otros exgobernadores? ¿Es intocable? En la otra esquina, se rasgan las vestiduras si se cuestiona a Corral. Para ellos –y él-, hablar de la ola de crimen en Chihuahua es estar al servicio del gobierno que ejecuta un “complot” contra el panista. Para los primeros, Duarte es víctima de un “pleito político”, para los segundos, Corral está siendo “castigado” por perseguir al exgobernador y atacar al PRI. En ambos bandos hay mentira y ficción. Sobre Duarte hay acusaciones y pruebas de los millonarios desvíos. Debería ser extraditado. Corral utiliza el reflector y su habilidad verbal, para victimizarse y desviar la atención de su responsabilidad: gobernar. Pero la realidad lo alcanza y ni con su mejor discurso la puede enterrar. -Off the récord ¿Alguien todavía tiene en el radar el proceso de desafuero del jefe delegacional en Tláhuac Rigoberto Salgado? ¿Cómo anda de memoria la Comisión Jurisdiccional de la ALDF? ¿O hubo un pacto?