Estados Unidos parece haber entrado en una era donde las celebridades tienen la posibilidad de hacer carrera política por ser eso, celebridades.
No es que sea nuevo. De hecho son muchas las figuras populares que usan su fama para adelantar opiniones o causas que les atraen, de posiciones políticas a la defensa del medio ambiente o los derechos humanos. Y de hecho es frecuente que se establezcan distinciones entre las celebridades que se definen como conservadoras o como liberales.
La prensa derechista estadounidense suele atacar a la "élite de Hollywood" por su abanderamiento de causas liberales o su simpatía por candidatos demócratas.
Sin embargo, hasta ahora las celebridades más exitosas en el medio político lo han sido como abanderados de causas conservadoras: Ronald Reagan, presidente de 1980 a 1988, y Arnold Schwarzenegger, gobernador de California de 2003 a 2011. Y por supuesto, Donald Trump, ahora.
La fama de Trump, como eje de un programa llamado El Aprendiz y sus apariciones en películas populares, programas de televisión o de radio, se debió en buena medida a su disposición a ofrecer chismes o vistazos a su vida como un litigioso empresario de bienes raíces empeñado en aventuras financieras que lo llevaron al borde de la quiebra.
El éxito obtenido por Trump, ahora presidente de EU, puso a soñar a más de uno o llamó la atención a muchos políticos profesionales.
En ese marco, y de creer a la prensa estadounidense, la presentadora de televisión Oprah Winfrey surgió el domingo como una posible alternativa demócrata para las elecciones de 2020.
El domingo pasado, Winfrey literalmente levantó de sus asientos a los asistentes a la ceremonia de premiación de los Globos de Oro con un discurso descrito como "combativo y directo" contra "los hombres poderosos y brutales" que han dominado el mundo durante mucho tiempo. "Su momento ha llegado. Se acabó el tiempo", dijo.
Su discurso fue pronunciado en un festejo marcado por la reacción contra el hostigamiento sexual, que las últimas semanas llevó a la caída de más de un centenar de personalidades políticas, de la producción y la dirección cinematográficas, presentadores de televisión y periodistas.
Provocó un considerable entusiasmo entre los opositores de Trump, especialmente sectores demócratas que de inmediato la presentaron como una alternativa viable para las elecciones presidenciales de 2020.
Winfrey no ha rechazado la idea, que algunos consideran como deseable para un Partido Demócrata que dividido y fraccionado como está no parece tener un líder o una figura unificadora. Pero al mismo tiempo algunos señalan que entre las senadoras demócratas hay mujeres tan valiosas como Elizabeth Warren, Patty Murray o Maria Cantwell, que tienen un trabajo político detrás.
La prensa de derecha, encabezada por los medios pertenecientes a Richard Murdoch, como el tabloide New York Post, se preguntaba el martes "si necesitamos otra celebridad Presidente". No hizo esa pregunta en 2016.