Ya ni sorprende que las estrategias de marketing que realizan las entidades deportivas en México coloquen al fan como el último eslabón de la cadena alimenticia en sus negocios, que sólo lo visualicen como cifra consumidora.
Por eso es singular que el presidente del Cruz Azul, Guillermo Álvarez Cuevas, mencione la consideración a sus seguidores entre sus argumentos primordiales para desechar por ahora sus proyectos de nuevo estadio.
“El 70 por ciento de nuestra afición llega al estadio en medios de transporte públicos... Donde nos ofrecen, no llega el Metro”, comentó Billy en la entrevista exclusiva que publicamos en El Heraldo de México el miércoles 30 de agosto.
El directivo se refiere a los conflictos que encontró y le orillaron a tomar la decisión de poner una vez más en stand by su propósito de contar con casa propia. En este trabajo periodístico que me tocó firmar a mí, pero en el que hay un gran trabajo de equipo de la sección Meta, desde nuestros noveles becarios, hasta los artistas gráficos, cuerpo de edición y la asesoría general de Heriberto Murrieta, me da mucho gusto que colegas y medios dieran el crédito a esta casa editorial con sus referencias y contenidos compartidos. Pero es un hecho valioso que el propio club consideró nuestra publicación para elaborar un comunicado oficial, con las palabras que su presidente dijo aquí al respecto, y también citando a este diario.
En la clasificación añeja del marketing mix, un debate tradicional es definir cuál de las 4 P’s es más importante, pero una fundamental no aparece ahí, la P de Persona. Sobre todo, en marketing deportivo, este factor tendría que estar al centro de todos, con los esfuerzos encaminados a mejorar la experiencia del fan, con la debida consideración y respeto a sus emociones.
Las otras P's deben girar en torno a la Persona, la de Plaza, lugar donde se distribuye el Producto o servicio, la Promoción de ello y el Precio, de acuerdo con una política de fidelidad bien establecida.
El jefe de Gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera le ofreció terrenos donados en las delegaciones de Iztapalapa, Gustavo A. Madero e Iztacalco. Ninguno le pareció viable a la directiva, que también tendría que pagar mil 200 millones de pesos para la construcción, aunque lo que menos le falte sea cemento.
Si el Cruz Azul no puede tener su propio estadio ahora no es por falta de opciones. Se trata de hacer accesible su producto a las personas que lo siguen, de no complicar sus recursos económicos, físicos y de tiempo, porque todo se traduce en seguridad y calidad de experiencia. No tiene que acumular sufrimiento al que de por sí viven cada semana con lo que hace su equipo sobre la cancha,
El dato de Álvarez Cuevas es importante porque significa que al menos su club está enterado del perfil del fan cruzazulino. La luz al final del túnel. #Aplauso.
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