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Vacaciones y especulaciones

OPINIÓN

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El parón del verano siempre da pie a que la maquinaria mediática de la Fórmula 1 siga su curso. Quizá por eso este deporte es tan popular, al ser capaz de mantener el interés de los aficionados. Aquí hasta el más mínimo detalle se puede convertir en titular. Y en estos días de tranquilidad para los pilotos, en el imaginario del aficionado subyace la inquietud de saber qué pasará el año entrante.
Por ahora, la rivalidad entre Sebastian Vettel y Lewis Hamilton genera una interesante pregunta: ¿Dejará la competición Lewis si Vettel lo vence? Ganar el campeonato del mundo por quinta vez supondría para el alemán tener más coronas que Prost, por ejemplo, o igualar la marca de Fangio. Este triunfo representaría un subidón en su trayectoria, luego de las cuatro victorias que consiguió con Red Bull, en esos años maravillosos en que el equipo de la bebida energética le “dio alas”. Y especulando un poco acerca del sentimiento de Hamilton si perdiera, ¿qué sucedería? ¿no sería acaso un doble fracaso sumado al del año anterior, en que se distrajo y luego no pudo cazar a Nico Rosberg en la recta final del campeonato? ¿le pesaría tanto otra derrota al hilo? Estamos hablando de un piloto triunfador, con tres campeonatos a cuestas y una raza indómita, que vive presionado en su rol de figura pública de las redes sociales.
A estas alturas del año, con nueve carreras por disputarse, queda claro que Vettel renovaría con Ferrari, y que Kimi Räikönen, si sigue de fiel escudero, también firmará un año más con la scuderia. No habría razón por la cual Ferrari debería cambiar, sobre todo ahora que ha vuelto a la pelea. La actitud inteligente de Valtteri Bottas lo llevaría a seguir vinculado a Mercedes. Es serio, profesional y buen piloto; vamos, no molesta a Hamilton y hacen buena pareja complementaria. En tanto, Fernando Alonso deshojará la margarita con McLaren. Si las cosas al final no se mueven ni en Ferrari ni en Mercedes, ¿qué posibilidad le queda a Checo Pérez de ascender a un equipo de élite? Ninguna, por desgracia, pues tampoco parece ser que habrá modificaciones en Red Bull. ¿Ir a Renault? Ahora no tendría sentido, ya que a corto plazo su equipo se vislumbra más competitivo y le ha permitido mantenerse estable, a la espera de oportunidades que aún no se sabe si llegarán. De la toma de decisiones en la cúpula del poder dependerá la estrategia a seguir en la zona media, y es posible que hasta finalizada la temporada no se tenga una noticia fehaciente de lo que harán o dejarán de hacer los equipos más influyentes. Y mientras los pilotos disfrutan de unas felices vacaciones, el terreno de la especulación se mece como las cálidas aguas del Mediterráneo.
Columna anterior: El reto de Ferrari