Un contraste: hace un año la mayoría de los mexicanos dábamos por descontado que los Estados Unidos sería gobernado por una demócrata, y que la continuidad de las políticas de Barack Obama estaba casi garantizada. Limitado por una lógica con pobre liderazgo en el escenario internacional, México esperaba la firma del TPP, y nuestras discusiones internas sobre la corrupción y los normalistas de Ayotzinapa seguían dominando la agenda.
Esta realidad cambió. Ayer, en el marco de la discusión diaria que se tiene ahora sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio, se insistió en un tema que empieza a crecer: la posibilidad de que los mercados laborales de Estados Unidos y México inicien un camino de convergencia. ¿Qué significa esto? Que la versión 2.0 del TLCAN podría incluir una obligatoriedad para que México adopte estándares laborales de mayor rango. Esto se resume en algo muy simple: mejores salarios para los trabajadores.
Bloomberg recogió ayer un par de declaraciones que refuerzan la idea: Donald Trump exigirá que el tema laboral esté al centro de las discusiones, lo que, en teoría, cerrará la brecha salarial y equilibrará el mercado.
México ya tomó nota. En el documento de prioridades, difundido hace poco, se incluye lo siguiente: “Fortalecer el cumplimiento de las disposiciones nacionales y los compromisos internacionales en materia laboral.”.
El ingreso salarial había sido olvidado en la agenda pública en México. Ningún político lo ha tomado en serio. No fue tema de campaña en 2012, y si ganamos menos dinero durante los últimos dos años, como resultado de la depreciación del tipo de cambio, a nadie en el gobierno le importó. El máximo logro en la materia fue la discusión sobre el salario mínimo que llevó al nacimiento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
Esta es la diferencia: en EEUU la discusión sobre el tema laboral es muy vigorosa. En aquel país se está hablando incluso de crear un American Jobs Security Council (un organismo que prevendría la adquisición de empresas estadounidenses por parte de corporaciones extranjeras que amenacen los empleos en suelo americano). Pero en México no. Aquí apenas estamos tratando de que no se cancele el comercio de bienes y servicios, y de que se integren más nuestras cadenas de valor y se potencie la integración energética de la región. Pero, ¿a qué político se escucha aquí hablar sobre la posibilidad de que los trabajadores mexicanos ganen más dinero con el nuevo TLCAN?
Reconozcámoslo: Donald Trump está insertando en la agenda un tema que nadie vio venir. Y será en unos años, pocos, que los trabajadores que incrementen sus ingresos tendrán que mirar hacia el norte para dar las gracias.
Guajardo + argentinos
Ildefonso Guajardo pisa el acelerador. El ACE 6 con Argentina va en serio esta semana. ¿El hombre clave? El Subse. Juan Carlos Baker. Again.
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