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El Heraldo, al 100

OPINIÓN

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La humanidad, a través de su historia, ha trazado relaciones y significaciones fundamentales entre los números y las sucesiones de eventos en la vida. Los mayas y el cero, los árabes y el álgebra, los griegos con Pitágoras, los hebreos con los relatos talmúdicos en la Biblia y, particularmente, en la secreta tradición del Kabbalah, han dicho con números lo que las palabras (salvo las de la poesía) no alcanzan a encerrar. En otros términos, los números encierran, científica, mística o religiosamente, un sinfín de texturas y derroteros de cuyo destino no somos dueños, sino sólo lectores. Así pues, llegar mañana nuestra edición número 100 no es poca cosa. Sólo es el comienzo del trayecto que tenemos en mente en El Heraldo de México: regresamos para quedarnos. El 100, sin duda, es un número mágico. En la Biblia, 100 ha sido usado como símbolo de que la posibilidad de lo imposible: Abraham tuvo a su hijo Isaac a los 100 años. Y en la oculta tradición de la Kabbalah, que descifra los significados ocultos de nuestras palabras a través de la numerología, el 100 es el número del misterio. Dios tiene 100 nombres, 99 son falsos y sólo uno, el desconocido, es el verdadero. Cien es punto de referencia para medir las cosas: el 100 por ciento es el entero de una realidad, y a partir de éste se fraccionan y representan los niveles de cualquier contexto. Refiere abundancia y es el primer número que se viene a la cabeza cuando hablamos de algo inconmensurable: “cientos de veces te he dicho que…”. Y también habla de estar totalmente enfocado en un objetivo: estoy al 100 en esto. Es medida de arcaísmo: “parece del siglo pasado”; la centuria, colección de 100 años. También usamos esa medida de tiempo para hablar metafóricamente de pasados muy remotos, pues hace “como 100 años que no veíamos” a los amigos de tal lugar. En este nuevo proyecto, de gente y pensamiento joven, queremos ser tan prolijos como Abraham, el Patriarca; queremos descubrir, cual cabalistas, los secretos y los detalles ocultos, por honrosos u ominosos, de los cientos de situaciones de los personajes públicos de este México. Queremos que sepas que estamos al ciento por ciento en esta tarea, que juntos seremos referencia de lo que se debe hacer, como un entero. Construiremos contigo la narrativa del “me he enterado por El Heraldo de cientos de cosas”. No queremos que nada te suene al siglo pasado ni a que tiene “cientos de años” ese discurso, porque te invitamos a ser cómplice de este pensamiento periodístico nuevo. Piensa Heraldo, piensa joven. Gracias por seguirnos de cerca en estas 100 ediciones. Claves XV. Se los hemos preguntado cientos de veces, y lo seguiremos cientos más: ¿cómo durmieron en el Edomex aquellos que no han procurado la equidad de género ni combatido los feminicidios? La familia de Valeria no descansa, señor Procurador. Columna anterior: Sufragio efectivo; y para Édgar Olvera, ¡no reelección!