La historia reciente de México lo dicta: Ninguna alianza PAN-PRD ha sido exitosa sin un priista como candidato.
Los seis gobiernos estatales que ha ganado la alianza PAN-PRD –tres en 2010 y tres en 2016-- tienen el denominador común que el candidato ha sido un priista converso.
En 2010, con la instrucción de Felipe Calderón desde la Presidencia de la República, el panista César Nava y el perredista Jesús Ortega fueron los operadores de la alianza para postular en Oaxaca, Sinaloa y Puebla a los expriistas Gabino Cué Monteagudo, Mario López Valdés, alias Malova, y Rafael Moreno Valle.
Los tres expriistas concluyeron sus sexenios bajo acusaciones de corrupción, endeudamiento excesivo y autoritarismo, como los ganadores priistas en esa misma elección, hoy presos, fugitivos o protegidos: Javier Duarte de Veracruz, César Duarte de Chihuahua, Roberto Borge de Quintana Roo, Jorge Herrera de Durango, Miguel Alonso de Zacatecas, Egidio de Tamaulipas...
¿PAN y PRD han rendido cuentas sobre el desastre de estos tres personajes expriistas que llevaron al poder y los otros tres, también expriistas, que lo ejercen actualmente: Migue Ángel Yunes en Veracruz, Joaquín González en Quintana Roo, hermano de un brazo derecho de Enrique Peña Nieto, y de José Rosas Auspuro en Durango? No.
Más aún: Mientras Malova y Cué devolvieron al PRI el poder a cambio de impunidad, Moreno Valle no sólo fue el único que, con toda la maquinaria estatal bajo su dominio, impuso a Antonio Gali como su sucesor con una alianza –aunque sin el PRD--, sino que ahora aspira a encabezarla como candidato presidencial.
En público y en corto, Moreno Valle alega que sólo él es capaz de materializar el Frente Amplio Opositor de vencer a Andrés Manuel López Obrador, el destinatario de esa alianza a la que, alardea, sumaría a Movimiento Ciudadano y al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Su lógica numérica es que el PAN sólo no gana y con la alianza podría ganar los diez estados que concentran el 60% del padrón electoral y que definen la elección presidencial: Estado de México (13%), Ciudad de México (8.6%), Jalisco (6.6%), Veracruz (6.4%), Puebla (5%), Guanajuato (4.9%), Nuevo León (4.3%), Chiapas (3.9%), Michoacán (3.8%) y Oaxaca (3.2%).
Pone como ejemplo las elecciones más recientes: Si hubieran ido en coalición PAN-PRD-MC, habría obtenido 9 millones 611 mil, mientras que el PRI y el PVEM sólo habría tenido 7 millones 849 mil (22.45% más), por 4 millones 812 mil de Morena-Partido del Trabajo (50.070% de diferencia).
“Para ganar se requiere una coalición de tres partidos”, afirma Moreno Valle, quien asume que su expriismo es un pasivo entre la militancia panista, pero una ventaja para atraer apoyos de priistas afines al presidente Enrique Peña Nieto.
Apuntes: La aspiración de Ricardo Monreal para ser candidato de Morena a jefe de gobierno se desvanece si Miguel Angel Mancera, su amigo, es candidato presidencial o apoyador de la alianza PAN-PRD...
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