Cada día que pasa, el jefe delegacional en Tláhuac Rigoberto Salgado está más lejos del cargo y más cerca de la cárcel. Los señalamientos en su contra han pasando de sospechas a pruebas que se documentan en carpetas de investigación. Su nombre está en tránsito de mencionado a indiciado. Van por él.
Sus vínculos con el grupo criminal que encabezaba Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos” ya son innegables y los datos contenidos en las carpetas no solo hablan de omisiones, sino de complicidad. Estaríamos frente a un caso de narcopolítica.
Fuentes judiciales nos confirman que la contratación de personas ligadas a “El Ojos” en la estructura delegacional, el crecimiento de las propiedades de Salgado –su casa, de 7 mil metros cuadrados, y la de su madre, particularmente-, la rápida expansión de la Carreta del Pacífico, marisquería ligada a él y su familia, y los informes donde se apunta que en el local, administrado por su sobrina, Jazmín Rodríguez Salgado, ubicado en el 6030 y 6030 A de Avenida Tláhuac, se reunía “El Ojos” y sus cómplices, además de una línea que conectaría el financiamiento de su campaña con la banda delincuencial, son parte de las indagatorias.
La investigación federal, nos dicen, es el eje, no solo porque los delitos por los que se acusaría a Salgado caen en ese terreno, sino porque el que PGR las encabece saca las averiguaciones del contexto político-electoral de la CDMX. Aunque la PGJ también trae indagatorias, la aportación de la autoridad local sería vía la Contraloría, donde hay dos carpetas abiertas por la asignación de contratos millonarios sin licitación.
Para la PGR resultó clave la recolección de datos por parte de la Marina, tras el operativo donde murió “El Ojos”. Documentos encontrados, así como equipos de comunicación, desnudaron los nexos con Salgado y personal de su administración. Esas pruebas, se sumarían a otras aportadas por la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, entorno a propiedades y negocias del delegado y su círculo más íntimo.
Pero a las investigaciones judiciales, hay que agregar la ruta que camina en la ALDF donde el jueves comenzó el proceso para destituirlo. A las 15:44 hrs de ese día fue recibido por la Comisión Jurisdiccional un oficio del presidente de la Comisión de Gobierno Leonel Luna donde se pide separar del cargo a Salgado.
El Artículo 108 del Estatuto de Gobierno, mencionado en el oficio, apunta que “actos u omisiones graves” son causal para ser removido. Todos los partidos en la ALDF apoyan la destitución, menos Morena. El asunto es que el partido de AMLO no tiene asiento en la Jurisdiccional, pues su coordinar Cesar Cravioto decidió que no participarían en ninguna comisión.
La suerte del delegado está echada. Será removido en menos de un mes y en ese lapso –sino es que antes-, se emitirá una orden de aprehensión en su contra. La pregunta es, ¿hasta cuándo lo defenderá Morena?
-Off the récord
A los tres apuntados en Morena para la CDMX, Sheinbaum, Monreal y Batres, se sumó un cuarto: Mario Delgado. La primera ancla sus aspiraciones al dedazo de AMLO, el segundo amplía la baraja y ha sumado apoyos externos, el tercero solo finta, porque sabe que no le alcanza. ¿Y Delgado?
Columna anterior: Paso exprés, ¿viene otro socavón?