Margarita, lánguida

A finales del sexenio pasado comentamos en este espacio que la carrera política de Margarita Zavala Gómez de Campo retomaría el camino, con miras, primero a una diputación federal en 2015, y después a la candidatura presidencial panista para el sexenio 2018-2024, sólo si su esposo conseguía mantener el control del PAN. Como también para eso Felipe Calderón resultó un inepto, pues acabó con la ilusión y obsesión de “la señora de la casa”. Y dos años después de que echaran al PAN de Los Pinos (julio de 2014), señalamos:  Sería de esperar que los blanquiazules estuviesen pensando ya en una carta fuerte para recuperar las llaves de Los Pinos.  Sin embargo, tal parece que el único que se ha ocupado y preocupado por ese asunto es el expresidente Felipe Calderón.   Se hicieron evidentes la ocupación y la preocupación de Calderón sobre la candidatura presidencial 2018, cuando fue entrevistado el miércoles 28 de marzo de 2012, todavía como presidente en funciones, en el programa Tercer Grado del Canal 2 de Televisa y un reportero le preguntó: “¿Se imagina usted dentro de seis años y medio convertido en caballero consorte de la presidenta Margarita?” La respuesta no dejó espacio para la duda: “No es que me imagine, pero no lo descarto…honestamente, yo sí creo que Margarita debe seguir una carrera política.” ¡Ese es amor! Gritaron los panistas. Si en el PAN no surgen pronto figuras relevantes, si las cofradías blanquiazules no encuentran mucha tela de dónde cortar, entonces tendrían que ir pensando en lo mismo que pensó Felipe Calderón: En que una opción podría ser Margarita Esther Zavala Gómez del Campo, agregamos en nuestro comentario. Pero advertimos: Hay que reflexionar sobre algunos “peros” que tendría doña Margarita en su hipotético camino hacia la candidatura presidencial panista. En primer término, tendría en contra el mal gobierno que encabezó su esposo, a quien cada día que pasa le encuentran más trapitos para sacarle al sol en términos de ineficiencias, omisiones, costosas equivocaciones y corruptelas de funcionarios de primer nivel que formaron parte de la administración calderonista. Por otro lado, no hay en su débil currículum profesional y en su lánguida trayectoria política suficientes elementos que permitan suponer la posibilidad de que su candidatura presidencial pudiera ser fuerte y consistente como para enfrentar a políticos de la talla del morenista Andrés Manuel López Obrador; de un priista que todavía es candidato in pectore del presidente Enrique Peña Nieto, además de los candidatos que tengan a bien postular las izquierdas del PRD, PT y Movimiento Ciudadano. Por eso y muchas cosas más, los integrantes de la clase política se quedaron perplejos cuando leyeron el lunes pasado, en el HERALDO DE MEXICO, que según la señora Zavala “está en riesgo el regreso del PAN a Los Pinos”, si ella no es la candidata quiso decir.  ¡Mi vida! Podría responderle “Ricky Ricón”.   Columna anterior: Gamboa "el destapador"