¡Se puso orden! Literal fue la estrategia que puso en operación el Seguro Popular de Gabriel O’Shea Cuevas. Antes de 2007 se pensaba que era la caja chica del gobierno federal y los estados. Pero no era para menos, hay historias que la misma institución reconoce que sucedieron; nos cuentan que hubo una enfermera que ya había fallecido desde hace doce años, pero seguía cobrando sus honorarios; otros más que aparecían en la nómina sin ejercer o trabajar ni un minuto en alguna institución de salud de las entidades federativas.
Aquello era un desastre, Michoacán era el estado con mayor rezago y desvíos de dinero, desafortunadamente el crimen organizado ya metía mano através de terceros.
Pero desde hace nueve años nos cuentan que el Seguro Popular cambió la forma de operar; puso candados en cada una de las rutas por donde viaja el dinero.
Sí, le hablo de los recursos que se utilizan para pagar el salario de un doctor, enfermera y hasta medicamentos.
Hoy en día, tiene abierta 23 denuncias en estados como Guerrero, Michoacán, Nayarit, Tabasco, Morelos, Sonora y Veracruz que desviaron 7 mil 412 millones de pesos. Nos dicen que ya tienen identificados a los funcionarios que se robaban el dinero de nuestros impuestos y que ahora para evitar estas anomalías, el recurso llega primero a la Tesorería de la Federación (Tesofe) y cada dependencia de un estado tiene que comprobar con factura, revisada previamente por el SAT, en qué va a gastar. Es decir, el dinero ya no pasa por la mano de los funcionarios, llega directo a la dependencia o proveedor.
El Seguro Popular es una institución que da cobertura a 54 millones de mexicanos, cada uno goza de una prima de 3 mil 022 pesos en promedio; y son personas que no cuentan con seguridad social como el IMSS de Mikel Arriola y el ISSSTE de José Reyes Baeza Terrazas, por lo que piden los servicios de salud del Estado y sus entidades federativas.
CON MÁS INFRAESTRUCTURA
De acuerdo con el Índice Global de Infraestructura Energética 2017 que elabora el Foro el Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 44 de 129 países evaluados en esta medición; y tan sólo en dos años consiguió ascender nueve peldaños ya que en 2015 se ubicaba en el nivel 55.
Este boom ha sido aprovechado por algunas firmas nacionales como Construcciones Industriales Tapia (CITapia), de Juan Carlos Tapia, que con dos décadas de experiencia se ha especializado en desarrollar obras para el sector energético, consolidándose como una de las piezas clave en la industria.
CITapia le ha dado un fuerte impulso a la región de Tula, Hidalgo, que lleva Omar Fayad. Además de que tiene proyectos en 5 de las 6 refinerías que hay en México, es líder en la ejecución de proyectos industriales del sector energético y petrolero y tiene talleres ubicados en puntos estratégicos: Hidalgo; Poza Rica, Coazintla y Coatzacoalcos, Veracruz; Salamanca, Guanajuato.
Además ha desarrollado proyectos para Pemex, de José Antonio González; y CFE, de Jaime Hernández.
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