No es casual que Ernesto Nemer Álvarez sea el nuevo presidente del PRI en el Estado de México. Su nombramiento llegó con la bendición de Los Pinos en un momento crucial para el futuro del PRI, para el futuro de Enrique Peña Nieto y, por ende, para el futuro del país. Para algunos, Nemer se sacó la 'rifa del tigre’. Su más reciente mérito fue ganar la elección por la gubernatura del Estado de México. La campaña de Alfredo Del Mazo comenzó mal hasta que, desde el despacho presidencial, llegó la orden: Ernesto Nemer será coordinador general de la campaña.
De inmediato se notó su trabajo y las cosas comenzaron a mejorar. Aún así, el reto no era sencillo. La amenaza de perder la gubernatura frente a una candidata desconocida, pero impulsada por Andrés Manuel López Obrador estuvo latente desde el principio. Al final, la diferencia de votos fue escasa y de milagro el PRI mantuvo la gubernatura en medio de cuestionamientos.
La verdad es que el PRI mexiquense no respondió a las expectativas y, aunque ganó la elección, perdió enormes territorios que ya tenía en su reserva de votos. Sumemos el mediocre trabajo -tirando a malo-, de Eruviel Ávila como gobernador. Por supuesto, no podemos ignorar el castigo de los electores al gobierno de Peña Nieto. Fue el propio Presidente quien congeló los ánimos de quienes, aquel domingo 4 de junio por la tarde, gritaban y se abrazaban cuando supieron que ganarían la elección. “No hay nada que festejar”, les dijo con firmeza el propio Peña Nieto y todos se quedaron helados, mudos.
La labor de Ernesto Nemer no será sencilla. Enfrenta el desprestigio del gobierno federal, el castigo por la decepción del gobierno de Eruviel Ávila, el fortalecimiento constante de Morena, y un PRI mexiquense mal visto, debilitado, desanimado y con evidentes signos de divisiones y traiciones. Personajes importantes del priismo mexiquense regatearon su apoyo a Del Mazo y otros de plano lo traicionaron cuando vieron en peligro o insatisfechos sus intereses particulares.
Nemer llega a su nuevo cargo con machete en mano. Tendrá que hacer una limpia al interior y recuperar lo que se abandonó. Hay grupos divididos, compromisos pendientes y traidores sueltos. El PRI del Estado de México es estratégico para las aspiraciones de mantener la Presidencia de la República el año que entra. El número de votos que representa, la disciplina partidista, el peso de sus cuadros y la cuna política del actual grupo en el poder son algunas de las razones. Es así de sencillo: no hay ningún otro comité directivo estatal priista con el peso electoral, presupuestal y político como el que tiene el Estado de México. Por eso, no fue casual que a la toma de protesta de Ernesto Nemer hayan acudido el gobernador saliente y entrante -cosa inusual, el presidente nacional del partido, y varios figuras nacionales del PRI.
Bon Appétit
AMLO no ha respondido a Enrique Krauze, quien desde el pasado 13 de agosto le urgió a definir su posición sobre la represión en Venezuela.
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Viernes 6 de Diciembre de 2024