El afamado periodista Michael Robinson menciona en un episodio de su programa Informe Robinson que existe en España un viejo y desagradable dicho que reza: “El futbol femenino, ni es futbol, ni es femenino”. Me estremecí al escuchar tan machista y falsa idea popular. Me recordó a tantos comentarios denigrantes que recibí a lo largo de mi vida jugando futbol y practicando deporte.
Afortunadamente tuve el privilegio de contar con un entorno que me apoyó y me hizo salir adelante. Nunca tuve que esconderme para jugar futbol ni sentirme avergonzada de querer ser deportista de élite. El sueño estaba, el talento no era el suficiente. La ilusión venía desde lo más profundo de mi ser, y honestamente había pocas heroínas con las cuales sentirme identificada.
Ahí radica uno de los tantos obstáculos para el crecimiento y desarrollo de las mujeres en el deporte. La falta de visibilidad y el androcentrismo acarrean que no se normalice la imagen de una mujer deportista, además de una ausencia de modelos a seguir para las futuras generaciones. Lo natural para muchos hombres en nuestro país es admirar a deportistas profesionales y aspirar a ganarse la vida con la prístina ejecución de la técnica futbolística. ¿Por qué es tan raro que esa aspiración se traslade a la vida de las mujeres?
Con la creación de la Liga femenil se ha generado un debate muy interesante y se han puesto sobre la mesa temas de discusión largamente ignorados. Sin embargo, luego de cuatro jornadas disputadas y un torneo de copa que sirvió como preámbulo, faltaba poder ver en pantalla a estas jugadoras que están escribiendo un nuevo capítulo dentro del deporte nacional. El nacimiento de este torneo, aunque largamente exigido, ha tomado por sorpresa al público, a los directivos y periodistas especializados. Es por ello que las piezas del rompecabezas se han ido acomodando poco a poco y todavía falta mucho por cuadrar.
Por ello me siento profundamente orgullosa de poder participar de la primera transmisión de la Liga femenil en la pantalla de Fox Sports, con el duelo entre Pachuca y América. Estos dos equipos han destacado por sus grandes actuaciones y un trabajo serio de parte de directiva, cuerpo técnico y jugadoras. Muchas de las protagonistas que hemos visto en jornadas pasadas pueden ser catalogadas como sobrevivientes. Ellas han visto a muchas abandonar a lo largo del camino y al final han quedado ellas. Yo soy una de las que abandonó. No obstante, en algunos ratos de ocio mental sueño con poder volver a nacer y dedicarme a ser futbolista profesional. Soñar, aunque una sea carente de talento, no cuesta nada.
Porque éstas son ídolos de las niñas que ahora verán materializados sus sueños en pantalla. Es nuestra obligación y nuestra deuda con la sociedad lograr que no abandonen.