Preocupados por su salud mental, colaboradores y ex colaborados de Andrés Manuel López Obrador lanzaron la “alerta ámbar”, pues afirman que lo tienen “secuestrado” desde hace varios meses. Más aún, aseguran que al tabasqueño le dio el “síndrome de Estocolmo” por el vínculo afectivo con sus “captores”.
¡Pero cómo! Exclaman los perplejos, quienes aseguran haberlo visto personalmente y en persona con Michelle Bachelet, presidenta de Chile, con Lino Moreno, mandatario de Ecuador, y en algunos eventos apoyando a la maestra Delfina Gómez en sus protestas y “cuchareando las encuestas” para que Claudia Sheinbaum sea la candidata de MORENA al gobierno de la Ciudad de México, y el lunes pasado en la plenaria de su partido. ¿O acaso era su clon? Preguntan.
No, no, no, nada de eso. Lo que ocurre es que Alfonso Romo, Julio Scherer, César Yañez, los hijos de López y hasta la señora de la casa, han tomado el control de todos los asuntos importantes de Andrés Manuel, incluyendo por supuesto su agenda. Todos ellos le han hecho creer al pobrecito que, si sigue sus instrucciones, ahora sí va a ganar la presidencia de la República. Por eso Andrés declaró que “la tercera es la vencida”.
Pero como suele ocurrir en los prolongados cautiverios, los “secuestradores” empiezan a mostrar sus diferencias entre ellos mismos: El par de “cabecillas” que dirige “la banda” andan peleados porque cada uno quiere tener el derecho exclusivo de “mangonear” al “secuestrado”. Esa disputa ha provocado que algunos de los integrantes del equipo económico, por ejemplo, hayan “tirado la toalla”. El que iba a ser su secretario de Hacienda, ya renunció; el doctor Juan Ramón de la Fuente, que como secretario de Salud no curaba ni una gripe –Ernesto Zedillo dixit-- lo dejó desde hace rato. Un tal Luis Suárez, que pretende la secretaría de Agricultura, ya no quiere seguir jalando la yunta de bueyes. Rogelio Ramírez de la O, quien iba a tener un cargo importante, mandó al señor López a su finca allá en Tabasco.
Y todo este desmadre por culpa de “Julito” y de “Poncho”, comentan al columnista los susodichos colaboradores y ex colaboradores, quienes a pesar de esta triste situación en la que se encuentra Andrés Manuel – la del “secuestro” – pronostican que va a ganar en el 2018, no porque sea el “más fregón”, el mejor preparado y otras virtudes que le quieren colgar, sino por la simple y sencilla razón, dicen aquéllos, de que no tendrá un buen contrincante, ni por el PRI ni por el PAN.
A juicio de los observadores políticos, está difícil que López Obrador llegue en el 2018, porque además de correr las bases, él mismo es “coach” de tercera, y su inconsciente le dice, detente, detente, no te vayas a home porque te pueden “prender” … y ahí se ha quedado.
Pero que tal si en una de esas, por un mal lanzamiento, se le va la pelota al “cátcher” y el tabasqueño “se roba” el “home”, dicen los conocedores de la política y el beisbol. ¡Pues sólo así!
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