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Bullshit

OPINIÓN

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La nueva administración americana ha basado su comunicación sobre el bullshit (BS), en el sentido que indica el filósofo estadounidense, Harry Frankfurt. En otras palabras, lo que se ha dicho, tanto en campaña, como ahora en el poder, no tiene relación con los hechos. Verdades o mentiras, lo dicho tiene la intención de persuadir, por medio de la reacción emocional deseada (normalmente el resentimiento, el enojo o el miedo) y no el convencer, que apela a la razón y la inteligencia. Como se ha mencionado en un par de ocasiones en esta columna, todo empezó en junio de 2016 con bullshit acerca de los inmigrantes mexicanos. Estos no nada más no son violadores, como se señaló en ese entonces, sino que los estudios muestran que los inmigrantes son menos propensos a delinquir que la población ciudadana de aquel país. Fue una mentira que persuadió, y quien hoy es Presidente pasó de ser de los últimos precandidatos al más codiciado entre los republicanos. De ahí nació más BS acerca de México: que era necesario (y posible) construir un muro en la frontera, y que el TLCAN era un acuerdo que iba en contra de los intereses de los americanos. La realidad es que, para entonces, el número de inmigrantes mexicanos indocumentados había caído por un millón. Y, acerca del muro, hay enormes dificultades logísticas y legales para construirlo sobre las 2/3 partes de la frontera que no tiene “muro” (1/3 parte de la frontera tiene ya una barrera física). Acerca del TLCAN, la realidad es que es un acuerdo que le conviene principalmente a Estados Unidos. Sí en la parte económica, pero mucho más en la parte geopolítica. Cuando el presidente Reagan lo propuso, lo que quería era atar a México a su país, así asegurando su cooperación en los temas que más le importan: su seguridad nacional. Éste fue el propósito del TLCAN, y en ese sentido tuvo tanto éxito que ahora somos nosotros los que estamos defendiendo nuestra alianza con Estados Unidos, cuando son ellos los más beneficiados. En este momento existen por lo menos dos elementos importantes de BS que el gobierno estadounidense está utilizando en las negociaciones con Canadá y México. El primero tiene que ver con pretender que se pueda reducir el déficit comercial por decreto. Esto simplemente no es cierto –el déficit tiene que ver con el nivel de ahorro de los americanos, no con algún “compló” comercial mexicano.- El segundo pretende que los americanos han perdido 700 mil empleos gracias al TLCAN. Dado que 14 millones de sus empleos dependen directamente del TLCAN (según su propia Cámara de Comercio) y que todos los estudios serios arrojan una leve balanza positiva en empleos, esto es BS burdo. Aquí únicamente hemos señalado el bullshit que tiene que ver con México (que, tristemente, fue el que más le redituó), no el tsunami de falsedades en otros rubros. Estábamos acostumbrados a un mundo en donde el eje rector era un Estados Unidos medianamente sensato. En México, curiosamente, somos buenos técnicos, pero pésimos comunicadores. El problema es que hoy lo técnico-verídico se ha devaluado y la comunicación efectiva es la moneda de cambio. Reconocer, analizar, y contrapuntear es la tarea del momento.   Por Agustín Barrios Gómez