Durante las últimas tres décadas del siglo pasado, México experimentó diversas transformaciones de carácter económico, político y social. En particular, las crisis económicas de los 80 y 90 habían complicado la inclusión productiva de millones de mexicanos, en un nuevo entorno donde México se había posicionado en el ámbito internacional. Sin duda, resultaba primordial crear un articulador de esfuerzos que permitieran dar continuidad a los logros sociales que se habían conseguido a partir de la Revolución.
En este contexto, apareció la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en 1992. Ante
el gran reto de construir un piso mínimo de bienestar para todas y todos los mexicanos, la Sedesol se consolidó en una época que fue testigo de la creación de instituciones autónomas, así como de una nueva era en la pluralidad política basada en consensos. Así, el combate a la pobreza fue tomando forma en la vida democrática con instituciones encargadas de medir los resultados, así como de una ley general que marcaría la pauta, involucrando a niveles de gobierno y actores responsables de trabajar en equipo.
Hoy, ante la adopción de la Medición Multidimensional de la Pobreza en 2008, México cuenta con mejores políticas públicas, gracias a este permanente intercambio de ideas con otros actores y el acercamiento con organismos internacionales que se han vuelto aliados permanentes en la lucha contra la marginación en nuestro país; en este sentido, el contar con más y mejores herramientas no podría entenderse sin la existencia de la Sedesol.
Si bien la Secretaría todavía tiene retos importantes como la erradicación de la pobreza extrema y articular esfuerzos con otras dependencias para fortalecer la inclusión productiva y financiera de grupos vulnerables, también es cierto que hemos logrado importantes avances en el abatimiento de carencias que lastiman al desarrollo. Como bien mencionó el presidente Enrique Peña Nieto, el lunes, las estadísticas del Coneval revelan que prácticamente todas las carencias se encuentran en su mínimo histórico. Esto es, sin duda, un logro más de la Sedesol, lo que debe motivarnos a reafirmar el papel de nuestra política social en la transformación de nuestro país.
Estos logros, y lo que nos queda por recorrer, deben invitar a la reflexión; son muestra de que, con un enfoque multidimensional de la pobreza; ciudadanización de la política social; transparencia en padrones de beneficiarios; uso de la tecnología en la focalización de los programas y las nuevas herramientas de coordinación como la Estrategia Nacional de Inclusión, que se ha consolidado este año bajo el liderazgo del secretario Miranda Nava, la Sedesol ha sido factor clave en la construcción una sociedad más equitativa, clave para el desarrollo que exige la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Por eso, debemos seguir trabajando por los mexicanos que más lo necesitan, superando así el mayor reto que tenemos como país en el siglo XXI.
*Subsecretario Sedesol