Partido huérfano

El Partido de la Revolución Democrática, luego de 20 años de gobernar en la capital del país está perdido, sin un rumbo claro para el proceso electoral del 2018. Acostumbrados a que un liderazgo les definiera el camino, hoy están paralizados. Los desprendimientos de perredistas redimidos como morenos ya es un asunto cotidiano y mina el dominio que ejercieron en la ciudad a lo largo de dos décadas. El primer encontronazo con sus excompañeros fue el caso Tláhuac, parecía que habían encontrado el talón de Aquiles de Morena en la Ciudad de México, pero el perredismo ha sido incapaz de diseñar una estrategia, contra el partido de Andrés Manuel López Obrador. Al grado de dejar que Mauricio Toledo encabece la confrontación, el diputado local está muy lejos de ser la mejor cara del PRD. La indefinición al interior del Gobierno de la Ciudad de México, como en el PRD, es diametralmente opuesta a la estrategia que tiene diseñada Morena en la capital. Públicamente no reconocen la derrota anticipada, en corto están preocupados por su futuro. Morena tiene tres aspirantes que recorren la ciudad, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Martí Batres, cada uno arma su estructura, hace sus eventos, se promociona en redes sociales; mientras que en el PRD las cosas están en el aire, suspendidas. No hay claridad respecto a los avances del Frente Amplio Democrático, tampoco certeza de qué partido podría postular a Miguel Ángel Mancera a la Presidencia, ni cuándo dejará el gobierno; por eso un rumor puede poner nerviosos a todos los funcionarios de la Ciudad de México. Este martes corrió la versión de que Mancera Espinosa dejaría el cargo después de presentar su informe de actividades a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal el 17 de septiembre. El mensaje no paró de reproducirse en los grupos de WhatsApp del Gobierno de la Ciudad, porque no estaban seguros de la veracidad de la información. Todo esto es reflejo del temor que hay entre los perredistas y la gente que trabaja en el gabinete, no saben si tienen que moverse para buscar un espacio y en dónde, esperar a que termine esta administración, acompañar a Mancera o no. Lo paradójico de esta situación es que ninguno de los posibles sustitutos del Jefe de Gobierno es perredista. Ese es el grado de orfandad. A la vuelta Primera batalla ganada para la Asamblea Constituyente, 10 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación rechazaron el proyecto del ministro Javier Laynez y defendieron la libertad de los legisladores para integrar el Congreso local. De tal manera que serán 33 diputados electos por el principio de mayoría y 33 de representación proporcional. El ministro presidente Luis María Aguilar destacó la relevancia de este caso, porque nunca se había tenido que estudiar una Constitución en su totalidad. Lo malo es que la historia de este país nos ha demostrado que convencer a las minorías sale muy caro. Columna anterior: Delgado y el baile de millones de dólares de la Línea 12