En noviembre de 2016, la Secretaría de Salud y el Comité Nacional de Seguridad en Salud emitieron la declaratoria de alerta epidemiológica EE-4-2016 en todo el país, por la cantidad de casos en diabetes en la población mexicana. Desde entonces las campañas de información para evitar la obesidad se han intensificado de manera exponencial. Pero ¿de verdad las acciones, hoy en día, han surtido efecto?
El año pasado, durante la declaratoria de emergencia epidemiológica por diabetes, el Dr. José Narro Robles, Secretario de Salud, justificó la medida al revelar que, en 1980, 14 mil personas murieron por problemas asociados a la diabetes; 36 años después la cifra había aumentado a casi 99 mil personas fallecidas al año. Existe una Estrategia Nacional Para la Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes que busca: darle visibilidad al tema, catalogarlo como una prioridad nacional, coordinar a todas las instancias y niveles de gobierno y promover la detección temprana de estos males.
Sin embargo, al momento en que usted lee estas líneas, estamos tan gordos como el año pasado, seguimos con el consumo indiscriminado de bebidas carbonatadas altamente azucaradas y nada hacemos para modificar nuestro estilo de vida y alimentación. Ni los altos impuestos a las bebidas y comida chatarra frenan su consumo. ¿Qué falla en la estrategia? Desde mi punto de vista, que los alimentos ricos en carbohidratos son altamente adictivos.
La Secretaria de Salud no ha tomado en cuenta el factor psicológico del problema. Por más información sobre calorías y advertencias, la población no dejará de consumir estos productos porque hay una adicción de por medio. Dos investigadores, Wurtman y Fernstrom, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, revelaron en la década de los 70’s que los carbohidratos generan adicción.
Documentaron como las mujeres con Síndrome Disfórico Premenstrual, consumían de manera compulsiva chocolates; el azúcar actuaba como una droga que mitigaba el dolor. Esta idea de que el azúcar es una droga no es algo nuevo, desde la antigua Grecia el azúcar era considerada una droga para el tratamiento de algunas enfermedades. El tema es real, científico y documentado.
Para combatir la obesidad y la diabetes hay que entender la dependencia psicológica al azúcar y carbohidratos, ofrecer tratamiento y además combatir una industria que genera decenas de miles de millones de dólares. Tarea nada fácil.
Corazón que sí siente
En su Asamblea, el Partido Revolucionario Institucional abrió la posibilidad de que un ciudadano externo al partido sea el candidato a la Presidencia de la Republica en 2018. Lo que no se entiende es ¿para qué abren esa opción, si el primer priísta, Enrique Peña Nieto llama a la unidad y el candidato saldrá de sus filas?
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