El periodista Ignacio Rodríguez se tronaba los dedos en enero de 2016. En una charla me anticipó que el cierre de la revista Emeequis bajo su dirección era inminente porque hubo una orden de “arriba” a la administración pública e iniciativa privada de cancelarle todos los convenios de publicidad con los que sobrevivía su edición. “Alguien” estaba molesto por los temas que trataba.
La mala noticia no tardó. En febrero desapareció su publicación impresa. Pero su vocación irrenunciable de periodista rebelde lo levantó muy pronto. Nacho encontró una puerta con otros 3 colegas. Se juntó con Marcela Turati, premio a la excelencia de la FNPI de García Márquez; Alejandra Xanic, Pulitzer (EU) en 2013 por el reportaje en NYT de Sobornos de Walmart en México y Daniel Lizárraga, coordinador de la investigación de la Casa Blanca de Peña.
Open Society Foundations del magnate George Soros, con una fortuna de más de 26 mil millones de euros, ofrecía apoyo a propuestas en América que robustecieran la democracia e integrarse en una red de periodismo hemisférica. Los 4 armaron el proyecto Quinto Elemento Lab y postularon. Salieron seleccionados, se pusieron a trabajar y ayer aparecieron con su primer trabajo –divulgado en 4 medios– que documenta sobornos por 10 mdd de Odebrecht a Emilio Lozoya, siendo director de Pemex, para dar el proyecto de la refinaría de Tula, Hidalgo.
Trabajaron en mancuerna Nacho y Xanic. Obtuvieron delaciones secretas del brasileño Marcelo Odebrecht reveladas al Supremo Tribunal de Brasil que alcanzan a Lozoya, quien emitió también un comunicado donde lo niega todo. “Son chismes y acusaciones sin fundamentos”.
Volví a hablar con Nacho ayer.
–¿Qué esperas de la justicia mexicana?
–Yo no sé si Lozoya es culpable o no, pero los testimonios dejan una cantidad de huellas que no deben archivarse. Que se inicie una investigación. Hay número de cuenta internacional y nombre del banco, así como la empresa que se creó para supuestamente depositar el dinero cuando fue director de Pemex.
Aunque no sale en el reportaje agrega que el Tribunal Supremo de Brasil autorizó compartir la investigación a la PGR, la cual ya la debe tener.
La paraestatal, es sabido en la clase política, es una de las instancias donde se hacen parte de los grandes negocios sexenio tras sexenio o más. Sabemos, por ejemplo, lo que es ser líder sindical y vivir a cuerpo de rey con relojes de lujo, yates y mansiones y que tu hija vuele en jet privado con los perros en asientos de piel. También sabemos de los huachicoleros y licitaciones amañadas, pero nunca desde que el Tata Lázaro creó Pemex habíamos tenido a un director señalado de forma directa por quien jura haberlo sobornado. Debería ser caso para el Sistema Nacional Anticorrupción. Lástima que no funcione al cien.
Vienen más reportajes de Quinto Elemento. ¿El siguiente? Aportaciones de Odebrecht a campañas políticas. Habrá quien ya tiemble como gelatina.
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