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A 12 años del AAE entre México y Japón

Si bien es cierto que el comercio se ha incrementado, también lo ha sido el déficit comercial que según el Banco de México ascendió a -13,9972,251.00 MDD en 2016

OPINIÓN

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La semana pasada el Canciller mexicano, Luis Videgaray realizó una visita oficial a Japón. Ésta se da en vísperas de la tan anunciada renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) así como el reforzamiento de las estrategias de la Secretaría de Economía en promover la tan anhelada diversificación comercial con el mundo, o bien, por medio del inicio de negociaciones de nuevos Tratados de Libre Comercio con países con los que no tenemos, tal es el caso de China o Corea. En el caso de Japón, se cuenta con un Acuerdo de Asociación Económica (AAEMJ) que entró en vigor en el año de 2005. De acuerdo con un documento publicado por ProMéxico titulado “Diez años del Acuerdo de Asociación Económica México–Japón: logros, retos y oportunidades” con fecha enero de 2017, el Acuerdo ha sido beneficioso para ambas partes. Quizá, desde mi óptica, ese pueda ser el marco de referencia o el hilo conductor de otros TLC o AAE con países que son importantes socios comerciales y con los que presentamos déficits en la balanza comercial, como en el caso de China (según cifras del Banco de México en el año de 2016 fue de -64,109,356.00 millones de dólares) o Corea del Sur, que fue de -11,111,167.00 en el mismo periodo. Según el documento elaborado por ProMéxico, “en términos de intercambio comercial bilateral, los resultados del AAEMJ son contundentes: desde su firma en 2004 y hasta el 2014, el comercio bilateral creció 71.2%, al pasar de 11.7 mil millones de dólares (mmd) a 20.1 mmd. Si bien estos resultados son alentadores, es necesario redoblar esfuerzos para fortalecer la relación económica bilateral”. A diferencia de un TLC, un AAE está basado en un sistema de cuotas de productos. Si bien es cierto que hay un proceso de desgravación arancelaria, éste no es total y cuida sectores protegidos en la negociación. ¿Cuál es la lógica de esto? Es sencilla. Se trata de cuidar sectores nacionales en ambos países que pudieran causar fricciones comerciales por medio de presiones políticas a las Secretarías o Ministerios vinculados con la política comercial de los países que forman parte de un AAE. Además de ello, funciona para integrar otros temas en el Acuerdo. Con Japón, por ejemplo, se incorporaron apartados referentes a la cooperación internacional y promoción de las inversiones. El AAE con Japón, no sólo ha sido un simple acuerdo de intercambio de mercancías, sino que ha evolucionado a una fase de mayor complementación económica. Si bien es cierto que el comercio se ha incrementado, también lo ha sido el déficit comercial que según el Banco de México ascendió a -13,9972,251.00 millones de dólares en el año 2016. Asimismo, hay una gran ventana de oportunidad en algunos productos. De acuerdo al reporte mencionado de ProMéxico, destacan la miel de abeja en donde se ha aprovechado sólo el 34.1% de las 1,000 toneladas permitidas; el plátano, que nada más se exporta el 15.4% de las 20,000 toneladas permitidas; la naranja fresca, que únicamente utilizamos el 3.4% de las 4,100 toneladas permitidas o la salsa cátsup, el jugo de tomate o tomate procesado para producir dicha salsa que prácticamente no se exporta nada. Mucho que hacer con Japón sobre todo ante la incertidumbre económica y comercial en Norteamérica. *Adolfo Laborde es Profesor-Investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac Columna anterior: ¿Cuentos chinos?