Haz tu denuncia aquí

Educación y desarrollo social: un círculo virtuoso

OPINIÓN

·
Por: Eduardo Calderón Cuevas Actualmente, el desarrollo ya no se mide únicamente con base en el ingreso, sino que toma en cuenta otras dimensiones que nos permiten participar en sociedad y desarrollar nuestro potencial. Sin lugar a dudas, la educación es una de ellas y por eso es uno de los principales objetivos que ha impulsado la administración del presidente Enrique Peña Nieto para transformar a México. Es bien sabido que una sociedad educada genera beneficios que van más allá de las aulas: prosperidad, democracia y mayor movilidad social. Por eso, la estrategia de equidad e inclusión educativa que presentó la SEP el pasado 6 de julio en coordinación con la SEDESOL, en el marco del Nuevo Modelo Educativo, es un gran acierto. Implementar acciones inmediatas y progresivas para que el origen étnico, el sexo, la edad, el estatus socioeconómico o cualquier otra característica de una persona dejen de ser obstáculos para acceder, permanecer y tener éxito en la escuela, es un paso en la dirección correcta para lograr una transformación profunda de nuestro país. Hoy, se abre una gran oportunidad para que la educación se consolide, efectivamente, como el principal vehículo para romper el círculo de la pobreza y la desigualdad, enfocando los esfuerzos en quienes más lo necesitan y desde las etapas más tempranas de la niñez. Para esto, la SEP y la SEDESOL trabajan en acciones muy concretas. Considerando que está demostrado que los primeros años de vida son críticos para el desarrollo presente y futuro de las niñas y niños, Prospera, el Seguro Popular y la SEP, con el respaldo técnico del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, impulsarán un modelo de atención al desarrollo infantil con talleres y materiales orientados a fortalecer las habilidades cognitivas, emocionales, sociales y de lenguaje. En la etapa inicial de este proyecto, cien mil niñas y niños de 0 a 3 años serán favorecidos con esta intervención. Las becas de Prospera han dado buenos resultados; sin embargo, es posible lograr que más niñas y niños transiten de primaria a secundaria, y más jóvenes de secundaria a educación media superior. Para ello, estas becas se reforzarán con información para sensibilizar a los estudiantes y sus familias sobre los beneficios de seguir estudiando. Se estima que, con estas acciones, en el próximo ciclo escolar, se alcanzará una tasa de transición del 86% de secundaria a educación media superior entre los becarios Prospera; once puntos porcentuales más que la tasa observada en el ciclo 2014-2015. Por diferentes motivos, un amplio sector de jóvenes y adultos no pudieron continuar con sus estudios a pesar del gran esfuerzo; pero eso no significa que su experiencia y conocimiento no tengan valor. Por ello, el INEA desarrolló el Programa Especial de Certificación (PEC), que reconoce y certifica los saberes y competencias adquiridos de manera autodidacta o por experiencia laboral. En solo un año, 1.3 millones de personas obtuvieron su certificado de primaria o secundaria; de éstos, más de 800 mil fueron personas beneficiarias de programas de la SEDESOL. Para potenciar el impacto de la participación de los padres en el aprendizaje de las niñas y niños, se hará un programa piloto entre las familias Prospera con información, orientación y diversos materiales que les brinden herramientas para apoyar la formación de sus hijos. Finalmente, es un hecho que el derecho a la educación no puede ejercerse plenamente sin una adecuada nutrición. De ahí que, para aprovechar la red de comedores comunitarios de la SEDESOL, se buscará que las próximas instalaciones se ubiquen cerca de las escuelas y así más niñas, niños y jóvenes se sumen a los 270 mil que ya reciben una alimentación suficiente y nutritiva. Este tipo de colaboración, que caracteriza la gestión de Luis Miranda Nava como Secretario de Desarrollo Social, propicia que la política educativa y la política social estén en sintonía, brindando soluciones más integrales a problemáticas complejas como la desigualdad y la pobreza. Si hacemos de la coordinación un elemento imprescindible de las políticas públicas, lograremos que ningún mexicano ni mexicana se quede atrás.