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Javier Corral, nadando de muertito

OPINIÓN

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El gobernador de Chihuahua Javier Corral, que tanto destacó como opositor por ser un legislador echado para adelante y no callar, ha decidido ser un mandatario estatal que esconde la cabeza cuando la coyuntura no le es favorable. Quien destacó por ser un político frontal en su actuar público, ahora, ya en el ejercicio de gobierno, es otro. Rehúye entrevistas, desaparece cuando estallan los problemas, se borra del mapa para no ser cuestionado.   El pasado miércoles, pasado el medio día, la agencia Reuters apuntó que un enfrentamiento en Las Varas, municipio Maderas, en Chihuahua, había dejado 26 personas muertas. El gobierno de Corral reaccionó mal. En un lapso de una hora, el Fiscal del estado y el vocero de seguridad local repartieron cifras a diestra y siniestra con el saldo del choque entre presuntos criminales. En la radio, en Mesa Para Todos de MVS y Presumiendo MXFélix González, vocero de la Fiscalía de Chihuahua, confirmó 14 muertos; minutos antes, el mismo González aseguró a Milenio televisión que la cifra era de 26; casi al mismo tiempo, Carlos Peniche, Fiscal General del estado, declaró a ADN 40 que el número de asesinados era de 10. Un caos. De Corral, no supimos nada. Mutis.   El gobernador calló. Y mantuvo el silencio al menos otras 24 horas más (al momento de enviar esta columna, seguía sin aparecer). Su última aparición fue en redes sociales, un día antes, el 4 de julio por la tarde-noche. El 5 y 6, como si no existieran.   Lo de Corral no solo es el silencio en este caso, el panista ha decidido hacer de ese su estilo de gobierno cuando los temas le son incómodos. O no tiene respuesta, o piensa que los ciudadanos no la merecen.   El gobernador calló en marzo pasado, cuando en medio de un fin de semana violento en su entidad, fue captado viajando en un avión privado a Mazatlán para jugar golf. También guardó silencio cuando ese mismo mes, el diario El Norte de Ciudad Juárez, del que fue colaborador durante años, cerró sus puertas tras la muerte de la periodista Miroslava Breach, por no encontrar condiciones para ejercer el periodismo y ante los adeudos que dejó la administración anterior, encabezada por el prófugo César DuarteCorral también se escondió cuando fue exhibido que su gobierno es propietario del diario Cambio 16, donde gasta un millón de pesos mensuales para difundir las actividades del gobernador y su gabinete.   Corral ha decidido gobernar con la cabeza enterrada cuando así conviene a sus intereses, como si la realidad cambiara evadiéndola. Nada dice de que en su estado, los homicidios dolosos hayan crecido 64%, de octubre que llegó al cargo a mayo pasado. Los casi mil muertos que acumula su administración, no le merecen ni una palabra.   No es lo mismo ser opositor que ser gobernador. A Corral le ha quedado grande la silla.   -Off the récord   Entre broma y broma, la secretaria general del PRD Beatriz Mojica le dijo a Pedro Ferriz, aspirante a la candidatura presidencial, “por qué no eres nuestro candidato en 2018”. ¿Entre broma y broma…? Columna anterior: ¡A correr, gobernador!