De mal en peor va la empresa de televisión por cable Megacable, que ahora, por sus prácticas ilícitas, está sumida en uno de sus más sombríos episodios en sus 35 años de existencia. De haber sufrido la caída de 120 mil suscriptores y enfrentar múltiples quejas en su contra ante la Procuraduría Federal del Consumidor, se ve envuelta en un nuevo escándalo.
Por robar señales y cobrarlas a sus clientes (léase piratería), la PGR de Raúl Cervantes la investiga y el pasado fin de semana concretó el cateo a dos de las instalaciones de esa empresa en Tenancingo y Atlacomulco, Estado de México.
Específicamente, la empresa que encabeza Enrique Yamuni tomó sin autorización de Televisa la señal de Gala TV y lucraba con ella, lo cual no es nuevo, pues de forma sistemática Megacable ha violado los derechos de sus clientes y este nuevo escándalo por promover y ejercer la piratería, la coloca en la vía de la pérdida de la concesión, como ya lo están planteando legisladores.
Una larga serie de yerros, pues, cuyo peso está a punto de aplastar a don Yamuni.
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Desesperados están los perredistas por concretar el Frente Amplio Democrático, rimbombante nombre con el que buscan disfrazar como proyecto de país su simple instinto de sobrevivencia política. Porque el dichoso frente es más conveniente para el sol azteca que para Acción Nacional.
No hace falta revisar sus 27 años de historia para ver cómo se ha disminuido el partido que hace una década era el paradigma de la izquierda en México. En las elecciones intermedias del 2015 perdió 300 mil votos respecto a la elección del 2009; su bancada en la Cámara de Diputados se redujo de 127 que tuvo en 2012 a 2015 a 56; perdió Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Zacatecas, Sinaloa y Tlaxcala, y Morena le arrebató cinco delegaciones en la CDMX.
En las elecciones de junio del 2016, cuando se disputaron 12 gubernaturas, fue superado, casi por cuatro veces, por el partido político de AMLO, que recibió el registro sólo dos años antes. En total, Morena ganó un millón 706 mil 952 contra 457 mil 486 del sol azteca y perdió 61 presidencias municipales.
Hay que recordar que el PRD contendió solo en siete estados y en otros cinco fue aliado al PAN. Sin alianza no ganó nada, pero coaligado a los panistas triunfó en tres entidades: Quintana Roo, Durango y Veracruz.
Es decir, el PRD se convirtió en partido satélite del panismo y para 2018 busca aferrarse a ese salvavidas azul, su antípoda política que está en contra del aborto, las bodas gay y la legalización de la mariguana, banderas que el perredismo ya arrumbó a cuarto plano.
Sin contar con que su más perfilado prospecto de candidato presidencial, Miguel Mancera, le hace el feo a afiliarse al PRD.
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EN EL VISOR: El líder de la CNC, Rubén Escajeda, anda muy activo cabildeando con las autoridades que sus agremiados tengan acceso a programas como PIMAF, Arráigate, Financiamiento, el Campo en Nuestras Manos e Innovación Tecnológica. Y también insiste en que las cosechas se paguen a buen precio.
Columna anterior: La hora de Enrique Peña
Jueves 5 de Diciembre de 2024