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Delito que rivaliza con el narco

OPINIÓN

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La Ciudad de México se estrena en el robo de gasolina ¿le sorprende? A mí no. La mañana del sábado pasado, elementos de la Policía Federal, Secretaria de Seguridad Pública, Protección Civil y Petróleos Mexicanos acudieron al llamado de auxilio por una toma clandestina fuera de control en el kilómetro 40 de la carretera federal México Cuernavaca. Personal de Pemex controló la fuga y el combustible derramado fue levantado del lugar. El suceso revela dos cosas: en la Ciudad de México sí hay tomas clandestinas en ductos de Pemex; el ilícito está imparable y continúa en crecimiento. Según datos de la Unidad Estadística Jurídica, Control de Procesos y Proyectos de la dirección Jurídica de Petróleos Mexicanos, de 2007 a 2016 se presentaron 17 mil 700 denuncias ante la Procuraduría General de la República por robo de combustible, tan sólo en esta administración, se han generado 14 mil 938 denuncias, el 84 por ciento. Otro dato revelador: Puebla es el estado con mayor producción de “huachicol” (gasolina robada), pero no es el que tiene el mayor número de tomas clandestinas. Con base en las denuncias que obran en la PGR, Tamaulipas encabeza la lista con 2 mil 444 tomas, le sigue Guanajuato con 2 mil 233, Veracruz con 2 mil 089, Puebla ocupa el cuarto lugar con mil 881 tomas y el Estado de México con mil 356. El delito rivaliza con el narcotráfico, Pemex sabe que el robo de combustible es del orden de 23 mil 500 barriles diarios, lo que significa un quebranto de más de 21 mil millones de pesos al año. Hay que decirlo con claridad, este delito no lo comete “el pueblo bueno”, lo hace gente que sabe de ductos, presiones, rutas y calidades de combustible, con información desde dentro de la paraestatal. Quien ha dado tumbos en este tema ha sido el propio director de Petróleos Mexicanos, José Antonio González Anaya, quien el 9 de junio, en una conferencia magistral ante el Congreso Mexicano del Petróleo, aseguró que no hay personal de Pemex, de confianza o sindicalizado, involucrado con las bandas de robo de combustible. Sin embargo, tuvo que rectificar y el 12 de julio ante el Consejo Coordinador Empresarial, reconoció que sí hay empleados de la paraestatal involucrados en el ilícito, a tal grado, que apenas la semana pasada la empresa petrolera anunció un programa de control de confianza al personal en activo y en contratación. ¿no que no? No hay peor ciego que el que no quiere ver.   Corazón que sí siente   Los mercados sobre ruedas, conocidos como tianguis, son anacrónicos. La instalación itinerante de esta forma de comercio ya no responde a las necesidades de la ciudad. Son mercados generalmente sucios, estorban, además venden caro y algunos productos robados o con mala calidad. Este asunto tarde o temprano se tendrá que revisar.   Columna anterior: Parte de guerra civil