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Beata Wojna: La batalla por el patrimonio mundial en la UNESCO

OPINIÓN

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En un mundo donde la globalización lo homogeneiza todo y la modernización se desentiende del pasado, proteger el patrimonio mundial se vuelve una obligación imperante, aunque no exenta de dilemas y controversias. Para abordarlos, el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO inició el domingo 2 de julio su 41 Sesión anual en Cracovia, Polonia. Muchas decisiones importantes se tomarán en este encuentro que finaliza el 12 de julio. Hoy, después de 45 años de la existencia de la Convención del Patrimonio Mundial, alrededor de mil 52 sitios de 165 Estados se encuentran inscritos en la famosa lista del patrimonio mundial de la UNESCO. Casi la mitad son europeos, una cuarta parte está en Asia, 13 por ciento en América Latina y el Caribe. Asimismo, África y los países árabes acumulan respectivamente el nueve por ciento y el ocho por ciento. En estos días, 35 nominaciones nuevas están siendo consideradas por el Comité, entre ellas el Valle de Tehuacán-Cuicatlán, en México y las minas de plata de Tarnowskie Góry, en Polonia. ¿Son muchos o pocos los sitios del patrimonio mundial? Yo considero que contar con varios más será positivo. La inclusión en la selecta lista del patrimonio no es solamente el reconocimiento del valor del lugar determinado, que sirve para promocionar el turismo. También obliga a las naciones a protegerlos. En la actualidad 55 lugares se encuentran en otra lista, menos gloriosa, de sitios de patrimonio mundial “en peligro”. ¿Cómo llegaron ahí? Por ejemplo, durante las guerras en Afganistán, Irak, Libia, Siria y Malí muchos sitios de valor histórico sufrieron deterioro. Asimismo, la demanda de tierras y la caza ilegal han disminuido la grandeza de ciertos paisajes y hábitats únicos en los países africanos. A su vez, el desarrollo urbano afecta a las ciudades como Liverpool y Potosí. De igual forma, los conflictos políticos, el turismo y las peregrinaciones masivas, generan problemas en Jerusalén y Palestina. En esta ocasión el Comité decidirá sobre la inscripción inmediata en la lista de patrimonio mundial “en peligro” de cinco sitios que se encuentran en Austria, Brasil, México, Nepal y Pakistán. Se espera que esta posible medida inducirá a los países en cuestión a implementar políticas de conservación. Así fue, al menos, en el caso de las famosas minas de sal de Wieliczka, Polonia, que después de nueve años de estar en esa “lista negra” y de intensos trabajos de restauración, “regresaron” al patrimonio mundial. Lo mismo sucedió con el complejo arqueológico Angkor de Camboya, con la ciudad vieja de Dubrovnik en Croacia, y con el parque Ngorongo, en Tanzania. La realidad política, económica y social, así como diferentes conflictos de toda índole dificultan hallar soluciones apropiadas para la protección de los lugares con valor histórico y cultural. No obstante, ver más allá de lo inmediato es nuestra obligación. Tengamos fe en que el Comité del Patrimonio Mundial que está reunido en Cracovia ganará esta batalla por el patrimonio mundial.   *Embajadora de Polonia en México