Partidos. Cuatro quintas partes del electorado está en la misma ruta hacia el 2018: votar por la sustitución del PRI en el Gobierno de la República. Solo dos de diez ciudadanos quisieran que se queden.
Candidatos. Por Morena, a la medida de los principios y aspiraciones antidemocráticas de su dueño, tiene el suyo en Andrés Manuel López Obrador. En el PRI, Enrique Peña Nieto parece estar definido por Miguel Ángel Osorio Chong, su más adelantado prospecto en las mediciones. PAN y PRD, todavía analizan la posibilidad de una alianza, que si bien es una opción que muchos ven pertinente -como medio para asegurar consensos y lograr el cambio de rumbo que necesita el país-, los ciudadanos ya ubican, reconocen y se inclinan por dos militantes, Margarita Zavala y Miguel Ángel Mancera, quienes notoriamente aventajan en las encuestas a sus compañeros aspirantes.
Es más, múltiples careos en mediciones de preferencias electorales, de diversos medios, reportan que la competencia por la Presidencia se estaría centrando entre el candidato de Morena y la eventual candidata del PAN y del Frente, Margarita Zavala.
La claridad de estas definiciones fundamentales están a la luz, y circulando a nivel nacional. No obstante, sobre la alianza PAN y PRD todavía faltan algunas precisiones básicas, como definir el mecanismo de nombramiento de él o la abanderada, y por supuesto, establecer la pertinencia política del frente.
He expresado que vale la pena la alianza en pro del rescate de la nación. La nefasta experiencia del regreso del PRI a la Presidencia para demostrarnos que no cambió y no aprendió de sus errores, está convocando a las más diversas fuerzas sociales y políticas a retomar el rumbo hacia el bien del país, a hacer a un lado diferencias ideológicas y posturas sectarias, y sumarse a favor de México para rescatarlo del PRI.
Siendo la democracia un método eficaz para dirimir diferencias, que en esencia retoca la pluralidad de la sociedad, es extraña la postura de algunos actores de ambos partidos y corrientes de izquierda que no la ven bien, argumentando que el frente amplio no se justifica por las diferencias ideológicas entre ambos. Frente a los avances en pluralidad y democracia que ha vivido nuestro país, esta postura se antoja sectaria y benéfica al PRI.
Recalco, el origen de la democracia es la pluralidad y su destino no son las ideologías, sectas o gobiernos del partido hegemónico, sino los gobiernos de coalición, y sobre todo las alianzas con la ciudadanía, figura central de la política por encima de ideologías y partidos; esa que ya se pronunció y está inclinada a no votar por el PRI.
Diacrítico: Las definiciones fundamentales del electorado y los partidos son claras y siguen tomando forma. Quienes se resisten a admitirlas e insisten en negarlas, evidencian su intención de imponer agendas e intereses personales.
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