Los “políticos de café” del PRI que quieren “mocharle el dedo” al presidente Enrique Peña Nieto para que no designe libremente a su candidato, bien harían en recordar lo que le ocurrió a Felipe Calderón cuando quiso “hacerle al ensarapado” después de que su primer “delfín” se le murió en un accidente de aviación.
En agosto del 2011 hicimos una cronología del “zigzag” de Calderón en el proceso de selección del candidato del PAN a la Presidencia en el 2012, que podría ser de utilidad no sólo para los “políticos de café” sino para los priistas que quieren que su líder cambie el método para el 2018. Va el recuentito:
Acosado por los panistas que querían “jugar a la comidita” y que exigían un proceso de selección democrático, que se consultara a las bases, que se escogiera al mejor, y otras demandas, Calderón puso en práctica la estrategia “una tras otra” … declaración, para hacerles creer a todos los aspirantes y suspirantes que no habría “dedazo”. Pero en las estulticias que cometió llevó la penitencia.
“A quién le interese la candidatura en el 2012, ofrezco terreno parejo para todos y no meter las manos.” Eso dijo Felipe Calderón en Los Pinos a nueve aspirantes a la candidatura presidencial del PAN: Ernesto Cordero Arroyo, Javier Lozano Alarcón, Alonso Lujambio Irazábal, Juan Molinar Horcasitas, Emilio González Márquez, Juan Manuel Oliva Ramírez, Marco Antonio Adame Castillo, Santiago Creel Miranda y Josefina Vázquez Mota. (29 mayo de 2010).
Pero tres meses después les dijo a los mismos: “Aquí hay mucho que hacer. Y como le he dicho a todos los funcionarios del gobierno: aquí ni anden pensando en otra cosa. Ustedes tienen un trabajo que hacer y el día que quieran hacer otra cosa, la puerta es más grande para salir que para entrar. Así que dedíquense a su chamba.” Agosto 24, 2010.
Dos semanas más tarde les hizo saber: “No tengo ningún candidato o precandidato favorito. No me interesa poner a alguien en específico. Yo quisiera que se genere una contienda interna en el PAN, entusiasta, democrática, y que quien gane sea un candidato apoyado por todos los miembros del partido, en términos legales.” Septiembre 6, 2010.
A principios de diciembre de 2010 pareció recular cuando les dijo: “Yo no descartaría para la candidatura presidencial a alguna distinguida o a algún distinguido integrante de la sociedad civil. Ojalá que así fuera.”
En marzo (día 7) del 2011, declaró: “Sugiero respetuosamente que nos aboquemos todos a ver quién verdaderamente, militante o no, puede responder a ese atributo de ser la o el mejor.”
Calderón continuó en los siguientes meses con su estrategia de “una tras otra”; en algún momento quiso enmendar sus estulticias y pretendió dar nada más “medio dedazo”. Pero como el espacio de hoy se terminó, mañana continuaremos con el recuento.
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