En los últimos diez años, en las conversaciones en México solemos toparnos con la misma pregunta: ¿Por qué las acciones del gobierno contra el narcotráfico parecen desatar más violencia?
Dos pruebas de que sí existen datos precisos y fáciles de comprender en el análisis de este fenómeno son los reportes mensuales que elaboran la consultora Lantia -que fundó y dirige Eduardo Guerrero- y el reporte El Crimen, de Diego Valle. En los últimos años, Lantia ha detectado una y otra vez dónde conviene tomar medidas urgentes y por qué. Se basan en un minucioso análisis de notas de prensa, comunicados, estadísticas oficiales.
Menos conocidos, los reportes visuales del portal El Crimen utilizan también información pública y con ella revelan dónde está empeorando y mejorando la incidencia delictiva. El reporte más reciente de El Crimen, con datos de junio pasado, advierte el repunte de los asesinatos en 24 municipios del país. Aporta una noción preocupante sobre el nuevo trazo en el mapa del narcotráfico en México.
El caso más grave, a juzgar por estos datos, es Veracruz. De los 24 municipios con mayor repunte en la violencia, seis están allí, donde gobernó hasta 2016 el ahora detenido Javier Duarte y hoy lo hace Miguel Ángel Yunes, del PAN.
La concentración de la violencia se ha enfocado en la capital, Xalapa, y en cinco municipios de una zona conocida como “la llave del sureste”, donde los cárteles pelean el control del tráfico de migrantes. El municipio clave en esta región es Acayucan, donde está instalada una estación del Instituto Nacional de Migración y fueron asesinadas 11 personas sólo el mes pasado.
Allí se unen las líneas del tren que suben a migrantes centroamericanos desde la frontera sur, con las rutas de autobuses que trasladan desde Cancún a cubanos, chinos e indios, principalmente.
Entre este lugar y los municipios vecinos -Minatitlán, Cosoleacaque, Coatzacoalcos y Las Choapas- sumaron 49 asesinatos en junio. El caso más desgarrador fue el de una familia de dos adultos y cuatro niños, acribillados en su casa en Coatzacoalcos, un municipio vital en la producción petroquímica en México.
La visualización realizada por El Crimen analiza la tasa de asesinatos respecto al número de habitantes y su crecimiento histórico. Visibiliza otro dato alarmante: la violencia se ha multiplicado en Michoacán, Chihuahua y Sinaloa, justo donde fueron asesinados en los últimos meses los periodistas Salvador Adame, Miroslava Breach y Javier Valdez. Este reporte, como tantas veces ha sucedido con los de Lantia en la última década, y como sucede con otros estudios hechos desde organizaciones civiles e instancias del propio gobierno, coloca una clara señal de alerta: La clave del problema no radica en la falta de información disponible, sino en que las acciones de gobierno andan más el camino de la espectacularidad que el de la estrategia.
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