A 10 años del escándalo de Fabiru, son enormes los cambios que ofrece la tecnología a prestadores de servicios sexuales masculinos.
La calle de Hamburgo dejó de ser hace mucho el punto de referencia para ubicar la prostitución de hombres, para todos los gustos y billeteras hay un mercado diverso, como ocurre con las sexoservidoras. El uso de smartphone abre un abanico de posibilidades.
El uso de la tecnología ha modificado las relaciones sociales en todos los terrenos, mucha gente se conoce y se enamora por internet; las distancias se acortan y hay un mundo de posibilidades para encontrar afinidades.
Aplicaciones como Grindr, Manhunt, se crearon hace más o menos cinco años, inicialmente era para ligues, pero de repente se llenaron de personas que cobraban por sus servicios especiales. Dejaron de estar de moda, así que se abrieron nuevas ventanas.
Hornet y Scruff son de las últimas aplicaciones para la población gay, y nuevamente del ligue empezaron a agregarse perfiles con costos. El éxito del mercado lo determina la demanda y la oferta sigue creciendo, ahora los sudamericanos son muy requeridos.
Es innegable la cantidad de centro y sudamericanos que han llegado a la ciudad para abrir negocios o emplearse en cualquier tipo de trabajo.
Desde hace más de un año los usuarios frecuentes de estas aplicaciones detectaron cómo se incrementaba la presencia de extranjeros, especialmente venezolanos que ofrecen servicios de escort, masajista o sexoservidor. Se les ve guapos, bien arreglados lo cual los convierte en una competencia para los locales.
Estas aplicaciones permiten ubicar la distancia a la que se encuentran las personas que quieras conocer o contratar, incluso te vinculan a Uber para facilitar el desplazamiento. Es toda una conexión de redes y cuando se trata de un mercado los precios varían, este tipo de encuentros sexuales son de mil pesos para arriba.
Pero el sexoservicio masculino tiene lugares clásicos en la ciudad como son los baños públicos, conocidos por sus visitantes en Calzada de Tlalpan, Salto del Agua, Isabel la Católica, San Rafael y en la zona metropolitana por San Cristóbal Ecatepec.
Como en las películas mexicanas de los 70, los señores se sientan y empiezan a ofrecer. Los servicios ahí obviamente son mucho menores comparados con aquellos que se contactan vía redes sociales. El símil de Circunvalación y La Merced para sexoservidoras, lo representa para los hombres La Alameda y La Plaza Solidaridad.
El fenómeno social del sexoservicio ha sido muy estudiado en el caso de las mujeres, pero poco documentado cuando se trata de los hombres; así como se dice que es el oficio más antiguo ya es tiempo de buscar mecanismos de regulación y protección para quienes lo ejercen.
Es una realidad inocultable.
A la vuelta
¿Por qué la Secretaría de Movilidad y el Instituto de Verificación Administrativa toleraron tanto tiempo la operación ilegal de mototaxis, no sólo en Tláhuac sino en varias delegaciones?
Columna anterior: Peligran zonas de reserva en Álvaro Obregón